El Korean Heritage Service (KHS) anunció un importante hallazgo arqueológico en Gyeongju, la antigua capital del reino de Silla (57 a.C.-935 d.C.). Tras más de diez años de investigaciones, los expertos han identificado la verdadera ubicación del palacio Donggung, residencia del príncipe heredero de Silla. Hasta ahora, se creía que este palacio estaba al oeste del estanque Wolji, pero las recientes excavaciones han confirmado que se encontraba al este. Este descubrimiento redefine la comprensión de la estructura palaciega de Silla y su organización territorial.

Restos arqueológicos quemados de un perro hallado en Wolseong, Gyeongju, evidenciando rituales de sacrificio en el reino de Silla (siglo III).

Según explicó Choi Eung-chon, jefe de la KHS, en una rueda de prensa, la conclusión se basa en numerosas evidencias recogidas in situ. "El terreno del lado oeste del estanque está ligeramente más elevado que el del lado este, y los restos estructurales del oeste son más altos. Todo esto indica que el rey ocupó el espacio oeste, mientras que su hijo ocupó el espacio este", señaló Choi.

Los arqueólogos del Instituto Nacional de Investigación del Patrimonio Cultural de Gyeongju han identificado diferencias clave en los sistemas de drenaje de ambos sectores, lo que refuerza la teoría de que se trataban de espacios separados e independientes. Estos hallazgos no solo redefinen la estructura de la ciudad, sino que también proporcionan información valiosa sobre la ingeniería y el estilo de vida de Silla. "Los sistemas de drenaje muestran no solo el estilo de vida de Silla, sino también su nivel de conocimientos en ingeniería. Todo ello nos ayuda a comprender mejor este antiguo reino, fundamental en la historia de Corea", explicó uno de los arqueólogos a cargo de la investigación.

Durante las excavaciones en Wolseong, la fortaleza que protegía el palacio real, se han encontrado diversos artefactos que aportan más información sobre la vida en Silla. Entre ellos destacan los restos de un perro, un collar de cristal dentro de un recipiente de madera lacada, una espada y fósiles de dientes de tiburón. Uno de los hallazgos más impactantes ha sido la presencia de huesos humanos y restos de perros, lo que sugiere la existencia de rituales de sacrificio. En octubre del año pasado, se encontró el esqueleto de un perro, y las investigaciones determinaron que formaba parte de un rito vinculado a la construcción de la fortaleza.

Los restos humanos, que incluyen huesos de hombres y mujeres de unos 50 años, presentan signos de haber sido quemados y se cree que datan del siglo III. Estos hallazgos refuerzan la teoría de que se realizaban sacrificios con fines religiosos o arquitectónicos en la época.

Este descubrimiento representa un avance crucial en la comprensión del legado de Silla y su estructura monárquica. Con más de mil años de historia, Silla fue una de las civilizaciones más influyentes de la península coreana, y cada nuevo hallazgo ayuda a reconstruir su pasado con mayor precisión. Los arqueólogos continuarán trabajando en la zona para obtener más información sobre este reino y sus costumbres, con la esperanza de seguir revelando secretos sobre su cultura, su ingeniería y su legado en la historia de Corea.

Fuente: Korea Herald