Una mirada profunda a la vejez y la memoria
¿Una obra que retrate a los "viejos" con sus dolencias, sean físicas o emocionales? Paco Roca va mucho más allá y nos sumerge en las vivencias de un grupo de personas de la tercera edad en una institución geriátrica. Allí conviven pacientes con diversas patologías, pero la más temida es la demencia senil y el Alzheimer, enfermedades casi tabú entre los residentes. Los casos más extremos son trasladados a la planta superior, donde reciben asistencia constante, incapaces de valerse por sí mismos, mientras esperan el epílogo de sus vidas.
Emilio, el protagonista de la historia, fue ejecutivo bancario hace muchos años. Al inicio de la obra, comienza a experimentar olvidos frecuentes, lo que preocupa profundamente a su hijo. Ante la imposibilidad de manejar la situación, y ya agotado, toma la difícil decisión de trasladarlo a una residencia para ancianos.
Con una rutina establecida de tres comidas diarias, medicación controlada y atención especializada, Emilio solo puede esperar que sus últimos días no sean amargos. Triste y a la vez muy enojado, poco a poco irá conociendo a los compañeros que va encontrando en el lugar donde se encuentra ahora.
Es humillante que te traten como a una criatura ¿no? Soy Miguel, tu compañero de habitación
Rosario cree estar viajando en el Orient Express rumbo a Estambul, Sol insiste en pedir un teléfono para llamar a sus hijos y Modesto es asistido por su esposa Dolores, quien siempre le susurra algo al oído con una sonrisa. Los tres tienen algo en común: su mente sigue atrapada en el pasado, aferrada a recuerdos felices, mientras se encuentran desconectados del presente.
La pérdida de memoria a corto plazo se muestra con total sinceridad en la historia. A lo largo de las páginas, se presentan casos de demencia leve y severa, y en el piso superior, incluso algunos aislados de esquizofrenia. Emilio, desesperado por no perderse en el olvido, pedirá ayuda a su nuevo amigo para evitar ser apartado de sus compañeros y poder vivir plenamente lo que le queda de conciencia en el presente. Para él, el ahora lo es todo y cada momento es una oportunidad de disfrutar.
Miguel es introducido como un solterón que se autoaisló de la sociedad. Disfruta gastando pequeñas bromas o haciendo hurtos inofensivos a sus amigos olvidadizos. Cínico pero sin ser cruel, su brutal sinceridad le causa más de un problema, especialmente en sus discusiones con Antonia, quien siempre lleva su pesado andador de metal. A lo largo de la historia, es el personaje que muestra mayor evolución dentro del grupo.
Control del cuerpo, orientación, fuerza y la dignidad de hacer cosas cotidianas motiva a cada residente. Peleas sin sentido, reconciliaciones rápidas y la eterna discusión de hijos buenos, nietos mejores forman parte de su día a día. Las visitas familiares generan un torbellino de emociones y, en las festividades, la ansiedad se apodera de muchos. ¿Vendrán los parientes?
-Arriba Emilio, hoy es miércoles-¿Qué? ¿Tenemos siesta especial?- Hacemos gimnasia
A lo largo de la historia se saborean los paseos, se valora el estado físico y se rememoran con orgullo los eventos vividos en la juventud. También se muestra la parte oscura: hijos que abandonan a sus padres sin motivo o visitas que se hacen por compromiso. A pesar de su tono agridulce, los momentos luminosos superan con creces la sombra, dando como resultado un drama con destellos de optimismo, ideal para segundas lecturas.
La recopilación de anécdotas está tan bien narrada y respaldada por múltiples premios, que cuatro años después su obra fue llevada al cine en formato animado. Roca participó en la redacción del guion y en la adaptación de los diseños, agregando escenas inéditas que no aparecían en el cómic original. Aunque la versión cinematográfica recibió un Goya a la mejor película de animación, su versión en viñetas sigue transmitiendo un mensaje humano contundente, que golpea al lector de lleno con su emotividad y profundidad.
Un autor todoterreno, nos vemos en otro número.
0 Comentarios
Se respetuoso o se borrará tu comentario. Gracias.