Que el manga erĆ³tico o hentai ha sido un gran atractivo para lectores, aficionados y curiosos al punto de convertir en verdaderos amantes de la cultura japonesa a aquellos que sĆ³lo iban buscando un pequeƱo desahogo solitario, es algo que nadie puede discutir. En su dĆa, cuando aquĆ aĆŗn se creĆa que JapĆ³n sĆ³lo hacĆa dibujitos infantiles tirando a cursi-lacrimĆ³genos, irrumpieron las primeras series erĆ³ticas y supusieron una revoluciĆ³n tanto a nivel social como cultural. Y uno de los primeros fenĆ³menos vino de la mano de Toshiki Yui y de su «Hot Tails», aquĆ llamada «Pellizcos».
Yui, nacido en 1956 en la
prefectura de Kioto, ya era conocido en su tierra natal por otros trabajos
erĆ³ticos. Su estilo, en el que se mezcla el humor, la fantasĆa, el surrealismo
y un erotismo desenfrenado protagonizado por unas heroĆnas muy bonitas de
humedad tan abundante como instantĆ”nea, se ganĆ³ la simpatĆa de todos los
lectores espaƱoles, quienes acudieron en masa a comprar los nĆŗmeros de la
serie, sin duda atraĆdos por la belleza de su trazo (¿o acaso no?).
Historia de papel cuchƩ
En EspaƱa, durante los Ćŗltimos
aƱos de vida del dictador, la censura que habĆa hecho tapar con rotulador los
hombros de las mujeres dibujadas en carteles de cine, se relajĆ³ un poco, de
modo que empezaron a llegar algunas revistas o postales erĆ³ticas. Al principio
era preciso irse hasta Biarritz, en la frontera con Francia a comprarlas y lo
cierto es que aquĆ no llegaban mĆ”s que las de contenido mĆ”s ligerito (los
genitales no aparecĆan de manera directa, habĆa mĆ”s insinuaciĆ³n y transparencia
que carne), pero el erotismo fue llegando de la mano de la democracia. Revistas
como el Lib o la mĆtica InterviĆŗ (que, al igual que el Playboy, combinaba
artĆculos de cultura, sociedad y polĆtica con fotos erĆ³ticas de modelos,
cantantes o actrices) eran barridas de los kioscos por buena parte de la
poblaciĆ³n masculina del paĆs. AquĆ©l erotismo reciĆ©n nacido olĆa a tabaco negro
y VarĆ³n Dandy. No fue hasta la dĆ©cada de los ochenta que llegaron las primeras
fotonovelas erĆ³ticas en revistas como Papillon
o Emmanuelle (¿Derechos de autor? ¿Y
eso quĆ© es?). En ellas, modelos erĆ³ticos practicaban coitos fingidos en medio
de un argumento muy ligero. La mayorĆa se editaban en blanco y negro, pues el
color entonces encarecĆa notablemente la impresiĆ³n, las palabras «a
todo color»
eran una seducciĆ³n mĆ”s en unas revistas que pretendĆan exactamente eso.
Por fin, a principios de los
noventa, el manga comenzĆ³ a llegar de mano de Planeta y Dragon Ball. Viendo las
editoriales que habĆa mercado para Ć©l, y dĆ”ndose cuenta de que la chavalada que
comprase DB a principios de la dĆ©cada ya podĆa comprar otros gĆ©neros mĆ”s
adultos hacia el final de la misma, algunas revistas como la ligeramente rancia,
aunque meritoria Kiss Comix, decidiĆ³ importar series como Miss 120 o la citada Hot
Tails. El detalle, la belleza del dibujo y su sofisticaciĆ³n, unido a la
abundancia de jugos y lo picantƩrrimo de las historias encandilaron a muchos
miles de lectores en todo el paĆs, al punto que hasta los coleccionables de
septiembre incluyeron recopilaciones de anime y hentai entre sus ofertas.
Hoy dĆa, cuando podemos acceder a
mƔs hentai del que nadie podrƔ leer
(o necesitar) en su vida, la emociĆ³n de esperar todo un mes a la siguiente
entrega de un cĆ³mic, comprarlo entre dos revistas anodinas (muchos las cogĆan
entre el Jara y sedal para su padre y
el Pronto para su madre) y esconderlo
en casa, claro que se ha perdido, igual que se ha perdido el conocer el nombre
de un autor y reconocer su trazo a la primera, el asomarte por primera vez a un
paĆs a travĆ©s de sus viƱetas y el preguntarte cosas sobre su cultura. Claro que
tambiƩn se ha perdido la viruela o el esperar minuto y medio a que se conectase
internet escuchando los crujidos del router;
asĆ es el progreso y no se puede pretender detenerlo.
¿De quĆ© va Hot Tails?
Hot Tails (juego de palabras entre «tales-cuentos» y
«tails-rabos»)
es un compendio de breves historias -dos en cada nĆŗmero- de fuerte contenido
sexual en las que podremos encontrar algunos personajes que saldrƔn en mƔs de una
historia, hasta el colofĆ³n final, donde saldrĆ”n todos. A quien podemos
considerar protagonista es a Kanomi, una dulce chica rubia, estudiante de
secundaria, quien se presenta a la doctora de su instituto algo preocupada por
una particularidad de su cuerpo: tiene los dos sexos. La mƩdico querrƔ
comprobar si vulva y pene son funcionales por igual y sĆ, lo son. Supongo que
no hace falta que os explique cĆ³mo, ni cuĆ”ntas veces lo comprueba.
Gemelas que son capaces de
experimentar el placer de su hermana, agujeros a otra dimensiĆ³n en el que una
chica quedarĆ” atrapada de cintura para abajo y del que sĆ³lo podrĆ” escapar
orgasmo mediante, un cartel de «fĆ³llame» en la espalda de una chica
que la gente se tomarĆ” muy en serio, bragas que detectan la excitaciĆ³n de su
propietaria para activar juguetes… solo serĆ”n una parte de las aventuras que
encontraremos en este manga de 10 tomos. Desgraciadamente, es muy difĆcil
encontrarlo en formato fĆsico (aparte que la traducciĆ³n espaƱola fue bastante
penosa, usando chistes inventados y frases de anuncios o que estaban de moda en
aquel momento y que no venĆan a cuento; recomiendo la versiĆ³n en inglĆ©s), pero
siempre se puede conseguir por internet.
¿Es un cĆ³mic machista?
Pues a ver, hijo de mi vida, el autor es japonĆ©s, naciĆ³ en los 50 y es de temĆ”tica porno… muy feminista, como que no es. Las mujeres siempre tienen ganas, jamĆ”s menstrĆŗan y les encanta que el primer desconocido que pasa les empure metro y palmo de tentĆ”culos. Si pretendes leerlo con una visiĆ³n actual no solo no te va a gustar, sino que encima te vas a cabrear. Mi consejo es que te hagas a la idea de quĆ© te vas a encontrar antes de leerlo, porque si te mentalizas de ello, vas a disfrutar de una obra muy bien dibujada, desbordante de fantasĆa, excitante en grado sumo y muy divertida. Pero hemos de saber verla como lo que es: pura ficciĆ³n que no pretende en lo mĆ”s mĆnimo ser una visiĆ³n ni aproximada de lo que es una relaciĆ³n sexual sana, sino una obra escrita con el Ćŗnico fin de divertir y «animar» a sus lectores de ambos sexos.
Ficha TĆ©cnica
Autor: Toshiki Yui
Editorial: Eros Comix
Tomos: 10
196 pƔginas, blanco y negro, portadas
a color.
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