Por Ysora
Todos conocemos la historia de que Jesús murió en la cruz y que al tercer día resucitó, reuniéndose con su padre en el reino de los cielos. Sin embargo, seguro que no conocéis la versión en la que Jesús se marcha de Judea y llega hasta Japón. Esta inverosímil información que os estoy dando oculta una rareza del país nipón y es que, en la pequeña aldea de Shingō (Aomori) se encuentra la «Tumba de Cristo» o «Kirisuto no haka».
Pero, ¿cómo pudo llegar Jesús hasta este remoto pueblo?
Según la información que se puede leer en los paneles informativos de Herai
(ahora incorporada a la aldea de Shingō) y según el museo de la leyenda de
Cristo, Jesús se había marchado de Israel entre los 21 y 22 años y habría
llegado a esta pequeña aldea de pescadores y que volvió a los 33 para continuar
su prédica para morir, efectivamente en la cruz.
Sin embargo, según el grupo de seguidores de esta versión,
no fue Jesús quien murió en la cruz, sino su hermano Isukiri y él huyó de nuevo
hacia Japón con dos reliquias: un mechón del cabello de la virgen María y la
oreja de su hermano Isukiri. Allí en Japón se casó con una mujer de la aldea,
tuvo tres hijas y vivió hasta los 106 años, para luego ser enterrado en el
susodicho lugar que hemos comentado, donde se ha erigido una gran cruz.
Así, en el Parque de la Aldea de Cristo habría dos
montículos perfectamente delimitados con una cruz encima, uno para la tumba de
Jesús y otro para la oreja de Isukiri.
Esta creencia viene de 1935 cuando el pintor Toya Banza,
sumergido en la lectura de unos documentos llamados Takeuchi Bunsho, donde
afirmaba que la Cristo estaba enterrado en Japón, visitó la comarca del lago
Towada donde estaba la aldea de Herai, invitado por su alcalde. Tras ello,
invitó al propio Takeuchi Kiyomaro, el supuesto descubridor del apócrifo Takeuchi
Bunsho que cuando llegó a la colina antes llamada Hakadokodate, exclamó que
aquel era el lugar del enterramiento de Cristo.
Después de la Segunda Guerra Mundial y con la guerra perdida,
la tumba quedó en el olvido hasta que en 1964 se comenzó a celebrar la «Fiesta
de Cristo» (Kirisuto Matsuri キリスト祭), una ceremonia que sigue el
rito sintoísta y que al final busca honrar a los antepasados de los aldeanos
que probablemente estén enterrados en esos montículos. Lo más reconocible de
este festival son dos bailes regionales: el Tanaka-shishimai
y el Nanyadoyara.
En definitiva, no deja de ser una interesante leyenda que
parece más propaganda turística para dar a conocer la zona del lago Towada que
realmente la tumba de Jesús, pero no deja de ser una curiosidad al otro lado
del mundo que no hace más que recordarnos que hasta el remoto Japón llegó el
cristianismo y, por tanto, la palabra del Jesús que dicen tener enterrado.
Fuentes:
El mensaje que encierra la “Tumba de Cristo” de Aomori
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