Isla de perros

Hace diez siglos, antes de la Era de la Obediencia los perros merodeaban con libertad, marcando su territorio. 

Nos encontramos en una rara uniĆ³n del futuro con la era Edo del siglo xix. El alcalde Kenji Kobayashi afirma que los perros son portadores de una extraƱa gripe que afecta a la humanidad, de modo que decreta un estado de emergencia y el posterior exilio de cada can hacia la Isla de la basura. ¿La primera mascota? Spots, el perro de su sobrino Atari.

Sin embargo, el pequeƱo no estĆ” de acuerdo con las ideas de su tĆ­o. Pasados unos meses, se decide a rescatar a su amigo de toda la vida y se involucrarĆ” en la misiĆ³n de bĆŗsqueda, recorriendo toda la Isla (ahora llamada la isla de los perros), en la que conocerĆ” a varias manadas.

Sospechas de conspiraciĆ³n, documentos que muestran dĆ³nde se originĆ³ la gripe canina, polĆ­tica, y una leyenda antigua de hace 1000 aƱos: un samurĆ”i que liberĆ³ a los canes de los amantes de los gatos, rivales desde tiempos inmemoriales.

A su vez, Spots va descubriendo a nuevos amigos y jaurĆ­as, aunque varios se muestran recelosos de las intenciones, el mundo de los animales tiene sus reglas y el pasado de varios integrantes fue cruel por amos malvados o indiferentes, con lo cual es natural la antipatĆ­a.

Si algo caracteriza a Wes Anderson es que sus pelƭculas son emocionales, con personajes cargados de situaciones donde la comedia prima, a veces rozando el humor negro, sin dejar indiferente a nadie. Sus guiones pueden gustar o terminar siendo una porquerƭa para quien estƩ detrƔs de la pantalla, es de remarcar que su estilo rara veces varƭa y da cierta imprenta de independencia al conjunto actoral, escuchando y aportando detalles que luego se agregan al producto final.

Con dos aƱos y tres meses de producciĆ³n, Isla de perros utiliza la forma de stop-motion mezclando fotogramas y muƱecos esculpidos, con partes metĆ”licas dentro que facilitaron las posturas. Al ser una tĆ©cnica que se basa mayoritariamente en lo artesanal, el esfuerzo es mayor pero la satisfacciĆ³n es apreciable, tomas completas que duraron pocos minutos fueron realizadas con muchas semanas de trabajo a sus espaldas.

Los diseƱos de cada perro son complejos, cada uno con su respectiva mueca que varĆ­a segĆŗn la escena. La iluminaciĆ³n y el proceso de cuidar el ambiente y las cĆ”maras es tarea fundamental, pues el polvo podrĆ­a daƱar tomas enteras al notarse, ya que al ser fotos de primeros planos la suciedad es mĆ”s apreciable. 

 Mezcla de Kurosawa, anime y marionetas

Isla de perros


Volviendo al argumento, Kobayashi, enojado y frustrado por las acciones de su sobrino, decide traerlo a la fuerza y envĆ­a robots/canes para su retorno. Si esto resulta, exterminarĆ” a cada uno de los cachorros que pululen, sea en la Isla o en la ciudad y la humanidad solo tendrĆ” perros cyborgs en el futuro.

Como en toda historia hallamos dos bandos bien diferenciados, aunque los felinos no tienen importancia alguna, de hecho, apenas se los visualiza muy de fondo, no hablan, son meros objetos. La jaurĆ­a por su parte estĆ” bastante unida, votan para decidir algunas metas como en una democracia, y se los muestra bondadosos, dando una empatĆ­a hacia algunos de ellos de inmediato. AsĆ­ todo puede no gustar, eso se verĆ” con el gusto del espectador, la trama, aunque nos agarre, es predecible y por momentos pareciera que tiene «minutos de mĆ”s», no obstante, se deja ver.

En el enorme basural donde se hallan los exiliados hay conflictos, toques de romance, amistad, camaraderĆ­a, amor hacia algunos amos, la nostalgia por el pasado; en la ciudad la polĆ­tica es constante, donde lo apreciado es juntar los votos para la elecciĆ³n que se aproxima, aunque con el toque conspiranoico y los actos de los humanos hubiera sido mĆ”s creĆ­ble que estuvieran en una dictadura sin importar el valor de la poblaciĆ³n y la gente que lo compone. Dos mundos donde lo Ćŗnico noble pareciera ser el sobrino del alcalde, que no baja los brazos para estar junto a su pichicho. Igualmente, no todos son «llevados de la nariz» y un pequeƱƭsimo grupo de pro-perros empieza a investigar por su cuenta, en un intento de ayudar a Atari.

—¿Nos lo comemos o lo rescatamos? 
— No lo sĆ©. 
— Nadie se comerĆ” a ese piloto, ni su cadĆ”ver. Los perros no comen amos.

Cuenta con las voces de actores reconocidos, tales como Liev Schreiber (Sabretooth en X-Men: Origins) para Spots, Scarlett Johansson como Nutbeg, Jeff Goldblum para Duke, Bryan Cranston (Walter White en la serie Breaking Bad) como Chief y Bill Murray para Boss, no olvidemos a Tilda Swinton como Oracle y la lista sigue.

Personalmente, la mĆŗsica es lo Ćŗnico que no rescato, mil perdones al genial compositor francĆ©s Alexandre Desplat, si bien tiene muchas variedades e incluso homenajes a cintas de Akira Kurosawa (Drunken Angel y Los 7 SamurĆ”is, por mencionar algunos) no me llama la atenciĆ³n, y eso que es correctĆ­sima, pero es lo usual con las partituras: gustos diferentes para cada uno.

Isla de perros


Un film que, aunque parezca indicada para los niƱos estĆ” enfocada a la audiencia adulta, si bien los perros tienen su encanto y la exclusividad absoluta, algunos temas son dirigidos para un pĆŗblico maduro. Cada marioneta tiene su gracia y su momento de fama, la diversidad cultural y el tema de choques por razas tambiĆ©n se da en los animales. DisfrĆŗtenla, ¡nos vemos en otro nĆŗmero!