Este paso marcó un importante hito en la historia
de Japón, ya que había supuesto una victoria sobre China y había conseguido así
el estatus de potencia colonial, ya en camino para emular a las potencias
occidentales que inspiraban al Japón Meiji.
Unido a ello, supuso una importante inyección
económica, ya que Taiwán suministraba materias primas para sustentar la
política expansionista japonesa a la vez que la ventaja geoestratégica que les
daba, ya que se trataba de un importante bastión de defensa del sur de Japón,
así como una buena base para la futura expansión por el sureste de Asia.
A su vez, en Japón se preparaban para lidiar con
la incertidumbre de cómo iban a relacionarse con la colonia, por lo que se
debatieron dos propuestas: la francesa, donde se buscaría la integración de
ambos lugares; o la británica, que permitía a Taiwán gestionarse a sí misma.
Sin embargo, debido a la resistencia taiwanesa, la vía democrática se agotó
pronto.
Kabayama Sukenori, general japonés y primer
gobernador de Taiwán, tuvo que hacer frente a una serie de levantamientos, que
se llevaron a cabo desde diciembre del 1895 al diciembre del 1896. Debido a
ello, pidió refuerzos a Japón, además de solicitar autoridad adicional, la
controvertida ley 63, aprobada por la Dieta Imperial. Este tipo de acciones
parecían llevar al modelo británico en la gestión de la isla, aunque en años
posteriores esta cambiaría, ya que la dōka,
o asimilación, sería la piedra angular de políticas posteriores.
A lo largo del período del 1895 a 1897 se
aplicaron amplios esfuerzos dirigidos a la pacificación mediante el uso del
ejército con resultados decepcionantes, ya que varios sectores de la población
taiwanesa continuaron siendo rebeldes.
La situación de indignación general provocada por
la cesión por parte de China de la isla, hacía que esta se encontrara con
dificultades para romper los lazos que la unían a su antiguo territorio. Así,
el general chino Tang Jingsong aprovechó el momento de turbulencias políticas
para declarar la República de Formosa en el 1895, alegando que lo que buscaba
era retrasar la ocupación japonesa para obligar que las potencias extranjeras,
muy particularmente Francia, a que entraran a formar parte del conflicto. No
obstante, las caóticas condiciones en las que la capital, Taipéi, se encontraba
a finales del mayo de 1895, hicieron que la república desapareciera del norte
de la isla y que Tang se escabullera al continente. En el sur, Li Yung-Fu formó
un gobierno temporal con tintes dictatoriales en el centro de la antigua
prefectura de Tainan, aunque esta terminó por rendirse frente a las tropas
japonesas a mediados de octubre de 1895.
Este conflicto desembocó en la aparición de una
resistencia armada, en forma de «bandidos locales» o «rebeldes», como los
llamaba Japón, y que actuaron sobre todo en zonas montañosas o remotas de
Taiwán por lo menos durante siete años.
La reforma colonial de Taiwán (1898-1915)
Mapa de Japón de época imperial con Taiwán. |
Tiempos de paz en la colonia (1915-1936)
Durante este período, se
dio especial importancia al siguiente punto del plan colonial japonés, la
integración o dōka.
Un punto de inflexión dentro de la política
japonesa en la colonia fue el incidente de Tapani (1915), donde un grupo de
combatientes taiwaneses y chinos, dirigidos por Jian Ding y Yu Qingfang,
asaltaron varias estaciones de la policía japonesa y declararon la efímera
República de Tai, que duró apenas doce días. Aunque los aborígenes taiwaneses
continuaron con la oposición armada, la oposición de los chinos Han terminó.
Sin embargo, debido a la fuerza de los movimientos
de autodeterminación, unido al inicio de la época Taishō en Japón, a la vez del
nombramiento de un nuevo gobernador de la isla en el 1919, Den Kenjirō, se
inició la ya citada dōka, donde los taiwaneses
serían educados para que entendieran su papel como súbditos de Japón, política
que se extendió durante veinte años. Es también de esta época la introducción
de una suerte de democracia en la isla, un gobierno local, aunque siempre
dependiente de la Dieta Imperial japonesa, y se estimuló el uso del japonés
como lengua de la isla. Esto terminaría de forma abrupta con el inicio de la
segunda guerra sino-japonesa, que estalló el 7 de julio de 1937, con la
invasión de China por parte del ejército japonés desde el estado títere de
Manchukuo.
La kōminka (1937-1945)
Con el importante auge del
militarismo en Japón en la década de 1930, el país nipón intentó aprovechar los
recursos de la isla, tanto materiales como personales, por lo que debía
procederse a «japoneizarse» a la población, el denominado movimiento kōminka, para la propagación del yamato damashii, o espíritu japonés, que
culminaría en 1945 con el alistamiento masivo, aunque, en contraparte, Taiwán
conseguiría la entrada a la Dieta Imperial.
Tras la
rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial, Taiwán fue entregado de nuevo
a China siguiendo la Declaración de Postdam del 26 de junio del 1945, dando fin
a cincuenta años de dominio japonés de la isla.
Bibliografía
Rubinstein, Murray a.:
Taiwan, a new history. Routledge,
Nueva York, 2007.
Wikipedia
El
dominio japonés de Taiwán. Consultada el 10/10/2022
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