Inocencia y dolor es una prima en muchas obras que surgen
sobre la Segunda guerra mundial, este cĆ³mic no nos pegarĆ” con campos alemanes,
o muerte explĆcita en sus pĆ”ginas, sino que narra las variantes que padecieron
los adultos y sus niƱos a cargo en diferentes lugares de Francia, paĆs que
intentaba repeler la reciente ocupaciĆ³n nazi.
La escritora y profesora de arte francesa Julia Billet mezcla realidad y ficciĆ³n, pincelando tramas que ocurrieron en la realidad, otras contadas y varias que podrĆan haber pasado, algunas de las cuales viviĆ³ su madre cuando se internĆ³ en Maison d’Enfants de SĆØvres, futuro socorro clandestino de niƱos en plena guerra. Claire Fauvel es la encargada de pasar el guion al lĆ”piz, un cĆ³mic que con sus trazos hace honor a la trama que contiene.
AsĆ en la obra nos ponemos en la piel de Raquel, adolescente judĆa que debe soportar la separaciĆ³n con sus progenitores, quienes decidieron que estarĆa mĆ”s segura y protegida en una escuela de huĆ©rfanos y niƱos abandonados. Pronto descubre que sus profesores tienen mĆ”s las de perder, arriesgan todo y el precio de ser descubiertos es la pena capital. Amistades de oro que con la corta edad van sumando madurez, no entienden lo que ocurre, pero se respira el horror de las flotas alemanas.
''Los nazis quieren cien mil deportaciones de judĆos hacia Alemania y Polonia... podemos cambiarles los apellidos a los pequeƱos''
Un momento que pega fuerte para el lector es cuando llega un ''supervisor’’ para ver cĆ³mo se maneja la instituciĆ³n, con la consigna de ver si hay bastiones de rebeldĆa, los alumnos debĆan comenzar cantando una letra alusiva al Mariscal y, con sus reglas flexibles, los pupilos no parecen conocer la letra, pero serĆ”n salvados por una idea genial de la profesora de canto. Situaciones que se ocurren en momentos de peligro real veremos en varios momentos, tal como la vida real hay que improvisar inteligentemente y, a la vez, rogar por un buen resultado.
Los profesores desean una autonomĆa mental, lĆ©ase que cada
alumno sea libre de escoger sus propios pensamientos, lecturas y materias una
odisea en tiempos donde no paran de buscar subversivos en cada rincĆ³n de
Francia, y Catherine va comprendiendo que los actos de los mayores son a la vez
una forma de no perder sus principios, eligiendo enseƱar y no huir para
brindarles apoyo, saben que el resultado de sus decisiones podrĆan cambiar el
destino de los internos una vez que finalice la atroz guerra.
''La estrella amarilla es ahora obligatoria'' esto fue real y una insignia identificadora, servĆa para marcar a los judĆos entre 1939 y 1945, fatal preludio para deportar a los judĆos a los campos de exterminaciĆ³n. Se usĆ³ principalmente en la Europa oriental ocupada por los militares alemanes. La marca distintiva a la vez era tambiĆ©n segregadora, pues nadie deseaba estar al lado de un marcado, temiendo que fueran considerados amigos y sufrir el mismo destino que el portador.
''Odio esta mierda
de guerra, sacarƩ fotos para atestiguar todo''
Variar la alimentaciĆ³n tambiĆ©n serĆ” algo para aprender, el tocino, comida prohibida, no estarĆ” mal si con eso se ''camufla'' la verdadera identidad. Hallamos referencias a figuras histĆ³ricas e incluso a personajes que retrataron la realidad tan dura de esos aƱos; a la vez que todo rastro de religiĆ³n judĆa era buscado como sabuesos, la Resistencia (con r mayĆŗscula) iba mejorando su modus operanti para salvar a cada niƱo: modos catĆ³licos, comuniĆ³n, lenguaje y variados trucos para engaƱar a colaboradores, traidores y todo aquĆ©l que pudiera delatar y llevar a la muerte.
Siendo un cĆ³mic referido a la segunda guerra se esperarĆa
algo lacrimĆ³geno, nada mĆ”s alejado, a pesar de las penurias y la constante
tensiĆ³n, revela una constante esperanza, ayudado por el dibujo que no escatima
en colores cuando se requiere. Trazos simples con fondos de acuarela, tambiƩn
notado en vestidos, casas y paisajes, arte puro.
¿Para recomendar? RotundĆsimo sĆ, de yapa en las viƱetas finales veremos a muchos de los verdaderos protagonistas, inmortalizados a travĆ©s de la cĆ”mara, nos vemos en otro nĆŗmero.
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