La contemplación del florecimiento de las sakura
Hanami, o el florecimiento de los cerezos (o sakuras), es una práctica donde se reúnen compañeros de trabajo, amigos e incluso familiares para contemplar la belleza de estos árboles con la idea de disfrutar el momento, diversión, y comida no puede faltar. Al acercarse las semanas previas, el servicio meteorológico suele hacer informes dando las fechas idóneas para asistir en las diferentes zonas del país, pues varían de acuerdo con el clima.
La leyenda narra que el cerezo, con sus flores rosadas, mostraba el tiempo perfecto para que los dioses ayudaran a la producción del arroz, bajando al mundo terrenal y bendiciendo las cosechas. En la Era Heian (794-1185) Japón deseaba diferenciarse de los países vecinos y '«adoptó» la particularidad del árbol sakura, apreciando la observación de sus flores. Genji Monogatari, clásico de la literatura nipona, ayudó a su expansión como referente cultural e icónico de las islas. Irónicamente, se cree que proviene de China, pero es notable que Japón lograra nuevas ascendencias de las plantas traídas del Himalaya, otorgando novedosas mudas y cambios en las plantas iniciales.
El emperador Toyotomi
Hideyoshi, famoso por sus ataques a Corea (donde es considerado un demonio por
las cruentas guerras del ejército nipón), en sus ratos libres proponía fiestas
donde celebraba banquetes, todo bajo los cerezos. Las plantaciones de
diferentes árboles aumentaron en su legado.
Muy conocido para los occidentales, sea en cuentos o películas, es el código samurái con el emblema de los guerreros: una flor rosada que simboliza la vitalidad y morir en su momento de plenitud, fuertes antes de marchitarse y «manchar» las ramas. La leyenda extendida cuenta que originalmente eran pétalos y pimpollos blancos y que con el «seppuku», ritual del suicidio de los soldados para no perder el honor, se tornaron rosadas por la sangre absorbida.
Fin del invierno, inicio del renacimiento de la primavera
Patio del castillo de Himeji©. |
En el Período Edo (1603-1868) cada emperador implementó medidas para hacer florecer los cerezos en ciudades, incentivando la ampliación y multiplicación de plantas para obtener a su favor a las clases populares, con festejos incluidos.
Yukio Ozaki, alcalde de
Tokio, otorgó en 1912 más de 3000 sakuras a la capital de Estados Unidos,
Washington, y desde 1935 se celebra el Festival Nacional de los Cerezos en
Flor.
En España, al norte de
Extremadura está el Valle del Jerte, de interés turístico nacional del
homenaje de la Fiesta del cerezo, celebrado a fines de marzo y comienzos de
abril.
En Argentina, al noroeste de Santa Cruz y en Neuquén, aunque lo más conocido será en el Jardín japonés en Buenos Aires, con pétalos más oscuros, tirando a fucsia.
Parques, montañas, lagos,
montes, jardines, cualquier pedacito donde existan las sakuras será bienvenido
para sentarse y descansar. En la actualidad se le quitó el peso de lo religioso
y es una celebración para el disfrute de las quedadas de conocidos y amigos. El
ciclo de las flores sakura dura dos semanas, con mucho goce se admiran y
estiman, los poemas nipones hablan de lo vulnerable de la vida, disfrutar el
presente, el «carpe diem» tan popularizado por Robin Williams en La Sociedad
de los poetas muertos; lo limitado hace que seamos conscientes de lo
delicados que somos, por eso debemos florecer y aceptar que no estaremos
siempre.
Al comienzo de la primavera en las colinas centrales y occidentales crecen la variedad de Amazakura, otra especie conocida es la Edohian, gigantes de treinta metros y troncos anchos.
Hanami 花見, literalmente, «ver flores»
El picnic puede durar
desde unas horas hasta un día entero, dependerá del grupo de personas reunidas,
y no es descabellado continuar a la noche (conocido como yozakura, 夜桜 ''cerezos de noche'') con bebidas y mucha comida.
Las recomendaciones que salen en anuncios, aunque las personas lo tienen ya interiorizado como rutina, son algunas de las siguientes:
- Bentos, cuantos más, mejor. La comida puede ser comprada, aunque se aprecia mejor si es casera: variedad de bocadillos hasta menús de gourmet. Verduras, pollo frito, sushi, la practicidad aquí vendrá de maravillas.
- Bebidas: la cerveza es la preferida del pueblo nipón, superando ampliamente al sake. Sopas en termos si el clima es algo frio.
- Manteles o plásticos para sentarnos junto a los árboles.
- Bolsas, para recolección de los elementos que llevamos, sean latas, servilletas, restos de plástico. El orden es primordial, nada de dejar basura en la naturaleza.
- La tecnología en la actualidad es un hecho, así que el celular será un aliado para sacarnos fotos junto a las flores y nuestras amistades.
- Opcional: yukata o kimono, para la experiencia completa
Esto se da si las
condiciones del tiempo acompañan, viento, lluvia o calor fuerte hacen que el
florecimiento sea distinto cada temporada.
Prácticamente, la gran
mayoría de los animes tienen su momento «hanami», desde Saint Seiya
y Dragon Ball hasta el más actual de las entregas. Estudiantes con
esperanzas, nuevos ciclos y un sentimiento de alegría porque se va el invierno.
Shōjos o shōnen no hacen distinción, es momento de distensión, ¡nos vemos en
otro número!
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