Los puños de dragón del cine

Estatua Bruce Lee

Hace décadas -cuando éramos racistas, pero no lo sabíamos- era común la expresión
«tener más trampas que una película de chinos», para aludir no solo a la abrumadora cantidad de trucajes que había en estas películas (no más que en las de cualquier otro país), sino a lo mucho que estas se notaban. Se consideraba que el cine chino era en general barato, flipado y de mala calidad, algo que siempre iría en el estilo de «King-Kong contra Godzilla», por más que esta película fuese japonesa y no china. Como ya dije, éramos racista y ni lo sabíamos: para el español medio de aquel entonces, chino y japonés «era lo mismo». Sin embargo, he aquí que llegó un hombre para sacarnos de nuestro letargo ligeramente cerril y demostrarnos no solo una especial identidad del cine chino, sino también que este, al menos en lo que a sus puños se refería, podía prescindir de trampas. Nació el 27 de noviembre de 1940 en California y se llamó Lee Jun-fan, aunque sería más conocido como Bruce Lee.

Aunque nació en San Francisco, sus padres lo llevaron a criarse a Hong-Kong siendo bebé y allí se educó. En todos los aspectos porque, cuando sus padres vieron que el pequeño Lee se metía en peleas y que sus compañeros le zurraban, decidieron apuntarle a una academia de artes marciales para que aprendiera a defenderse. Para el chiquillo, que apenas tenía trece años, se abrió un mundo nuevo que le enamoró, y se volcó en convertirse en luchador, dedicando toda su vida al estudio de esta disciplina, creando para ello incluso su propia filosofía y estilo de lucha, el Jun Fan Gung-Fu. A pesar de que a lo largo de su vida dijo que no era en realidad un arte marcial sino solo un estilo de lucha, ha quedado para la posteridad como tal.

Ya siendo niño comenzó a aparecer en películas y a hacerse un nombre como actor y luchador, lo que le posibilitó comenzar sus pinitos como extra y secundario en series y películas en el cine de Hollywood, donde se estableció, aunque sus viajes a Hong-Kong eran constantes y sería allí donde rodara todas las películas que protagonizó. En Hollywood, eso sí, fue donde abrió su escuela de artes marciales que muy pronto fue frecuentada por sus compañeros de rodaje y por los héroes de las cintas de acción y policíacas de aquel entonces, como Steve McQueen, atraídos por un estilo de lucha que iba mucho más allá de los simples puñetazos a los que estaban acostumbrados. Gracias a una mezcla entre talento y contactos, pudo Bruce Lee debutar en la gran pantalla occidental que le haría inmortal, en la cinta de 1969 Marlowe, detective muy privado.

Bruce Lee
Bruce Lee

Durante su breve, pero intensa carrera, Lee enamoró por igual al público y a la cámara. Sus movimientos eran tan rápidos que esta ni siquiera lograba captarlos, había que rodar en cámara lenta para ello (sí, no es una leyenda urbana), y el actor solo pensaba en perfeccionarse más y más. Desgraciadamente, esto le pasó factura. A fin de aguantar su ritmo de clases, entrenamiento y rodajes, comenzó a tomar drogas estimulantes y heroína, amén de que apenas comía y consumía solo pastillas de vitaminas para nutrirse. Llegó a tener tan solo un 1% de grasa en su cuerpo (recordamos que la OMS recomienda, como poco-poquísimo, un 12%). Al fin, el 20 de julio de 1973, su cerebro sufrió una terrible inflamación que le llevó al coma y a la muerte.

Mucho se ha especulado con la muerte de Bruce Lee. Se ha dicho que fue derivada del consumo de drogas, que fue causada por una violenta reacción alérgica a un analgésico que le dieron poco antes de morir, que se trató incluso de acción de venganza por parte de la mafia china para silenciarlo porque las artes marciales siempre habían tenido un carácter mistérico y él las popularizaba incluso entre occidentales… ¡hasta que su cuerpo fue congelado y será revivido en el futuro! Lo cierto es que Lee tenía solo 33 años y dejó viuda y dos hijos (uno de los cuales, Brandon Lee, también murió en un extraño accidente durante el rodaje de El Cuervo. Una pistola que debía tener balas de fogueo fue cargada con munición real), aunque en su corta vida dejó un legado imborrable en cine, historia y hasta filosofía.

Y sobre su legado sabe mucho nuestro siguiente protagonista, Chan Kong-sang, conocido en el cine como Jackie Chan. Nacido en 1954 en Hong-Kong, pasó buena parte de su infancia en Austria, porque su padre trabajaba como jefe de cocina en la embajada estadounidense de aquel país.

Jackie Chan
Jackie Chan

El pequeño Chan, al que apodaban Pao-pao, que significa «Bala de cañón» por lo revoltoso y trasto que era, resultó ser muy mal estudiante. Decidido a enderezarlo y a la vez permitirse sacar provecho de su vis cómica, su padre lo inscribió en la Academia Dramática China, una escuela de artes escénicas donde además se instruía y entrenaba a los niños bajo una férrea disciplina.

Con solo 17 años, compartió escena con el propio Bruce Lee en la cinta Puños de furia, donde encarnó a uno de los enemigos del famoso luchador. Jackie Chan cuenta con orgullo que a Lee se le fue la mano con la presa que le estaba haciendo en la escena. Cuando cayó la claqueta, el actor, visiblemente preocupado por el joven Chan, le mantuvo agarrado, pidiéndole perdón y preguntándole si se encontraba bien. Chan que, en su juventud y adrenalina, no había sufrido el menor daño, fingió un poquito de dolor solo para que su ídolo siguiese tan solícitamente pendiente de él un ratito más. Y es que todos tenemos nuestras debilidades, incluso un actor como Chan que tiene el récord mundial de fracturas óseas porque nunca ha usado dobles.

En la actualidad, y después de un sinnúmero de películas tanto asiáticas como norteamericanas, Chan ha decidido cambiar de registro y tirar más por la comedia y menos por la acción, que ya va teniendo unos añitos. No obstante, para la posteridad quedarán cintas como La leyenda del luchador borracho o Los supercamorristas (que vosotros, queridos nietecitos, quizá no lo sepáis, pero fueron verdaderas JOYAS de los videoclubes en los años 80 y la causa de que toda una generación de niños pidiera clases de kárate a sus padres). Gracias a él y a Bruce Lee, el cine chino hizo eclosión en España y nos enseñó que la acción no solo la encarnaban tipos duros norteamericanos, sino que la dureza de carácter también se daba en oriente, o podía venir de la mano de un hombrecito con cara de bonachón gracioso.

«Tenemos que ir a… Velocidad Absurda». Si no coges esta frase, tienes que ver más cine. 

Bibliografía 

https://www.alohacriticon.com/cine/actores-y-directores/bruce-lee/

https://elpais.com/elpais/2017/11/08/icon/1510146830_348047.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Bruce_Lee#%C3%9Altimos_meses_y_fallecimiento

https://es.wikipedia.org/wiki/Jackie_Chan#Filmograf%C3%ADa