Cuando hablamos de miedo y de
enfrentarnos a nuestros temores, es fƔcil pensar en cosas como atrevernos a
montar en aviĆ³n, a mirar hacia abajo cuando estamos en la terraza del noveno
piso, o lanzarnos en paracaĆdas. Pero en realidad, los miedos cotidianos que
habitan en nuestro corazĆ³n son mucho mĆ”s prosaicos, mĆ”s pequeƱitos en
apariencia, pero igual de amenazadores y terribles. Yuka, una joven mangaka con parƔlisis cerebral, sabe
bien esto, porque estƔ acostumbrada a vivir rodeada por los miedos de los demƔs.
Yuka
(Mei Kayama) vive con su madre divorciada, quien cuida de ella con solĆcita
ternura hasta para los hƔbitos mƔs simples de su higiene. La joven se gana la
vida haciendo cĆ³mics para su prima, una famosa youtuber pero, a pesar de que es ella quien hace todo el trabajo y
su prima se dedica tan solo a posar, nadie sabe de la existencia de la
verdadera artista; su prima se niega a compartir la fama con ella y hace creer
a todo el mundo que ella es la Ćŗnica responsable de las historietas. A la
bĆŗsqueda de su propio lugar bajo el sol, Yuka intenta hacer sus propios cĆ³mics.
Cuando estos son rechazados por parecerse demasiado al estilo «de su prima», la
joven, decidida a conquistar su independencia artĆstica, se anima a probar
suerte con el hentai.
En
la entrevista con la directora de una revista erĆ³tica, esta le dice que su
guion y dibujo son buenos, pero las escenas de sexo son frĆas y sin
personalidad debido a su falta de experiencia en ese Ɣmbito, puesto que Yuka es
completamente virgen. La mujer le aconseja que tenga relaciones sexuales a fin
de dotar a sus dibujos de la autenticidad y el fuego del que carecen
actualmente.
En
su intento por conseguirlo, Yuka pasarƔ primero por el porno, despuƩs por las
citas concertadas y por fin intentarĆ” incluso contratar los servicios de un
gigolĆ³, pero su bĆŗsqueda la llevarĆ” mucho mĆ”s lejos de lo que jamĆ”s habrĆa
imaginado al empezar. A un viaje personal a travƩs de su propia esencia, su
madurez y deseos de crecer, de libertad y de independencia.
Yuka
sabe que, cuando la gente la mira, rara vez ven a una joven. Solo ven una silla
de ruedas. Todo el mundo ve en ella a un ser desvalido que precisa ayuda y
cuidados, que inspira miedo en los demƔs; miedo a meter la pata, miedo a
daƱarla, miedo a «que se rompa» … Su propia madre es la primera que tiene y
potencia ese comportamiento. Aterrada por la minusvalĆa de Yuka, su madre lo
hace todo por ella, hasta las cosas mƔs nimias. Su pensamiento la lleva a
considerarla una invƔlida para todo, a tomarla como una eterna menor de edad,
incapaz de llevar las riendas de su vida, o de tomar decisiĆ³n alguna. Un modo
de pensar muy sacrificado, pero tambiĆ©n -emocionalmente hablando- muy cĆ³modo
para ella, puesto que tiene a Yuka como compaƱĆa perpetua, como bebĆ© permanente
y oculta sus miedos proyectƔndolos en ella, recordƔndole constantemente que el
mundo estĆ” lleno de gente mala, de babosos, pervertidos que podrĆan querer
aprovecharse de su indefensiĆ³n. Y todo desde una visiĆ³n tan maternal, tierna y
desprendida, en absoluto siniestra, al punto que ella misma no cree estar
obrando sino segĆŗn su obligaciĆ³n.
No
obstante, no serĆ” la Ćŗnica que actĆŗe de un modo similar; muchos otros
personajes a travƩs de la cinta nos dejarƔn ver cuƔnto miedo tienen de
acercarse a Yuka o tratar con ella. En una sociedad tan normativa como la
nuestra o la nipona, todo lo que se sale de la «normalidad» nos extraƱa y a
veces nos asusta. El gordo, el corpulento, el sordo, el enano, o la chica con
parĆ”lisis cerebral son vistos por la masa con cierta conmiseraciĆ³n. Se les mira
y se les compadece, pero rara vez vamos mĆ”s allĆ” de esa compasiĆ³n. Es difĆcil
verlos como personas independientes, con ganas de beber, cantar, correrse una
juerga y salir a ligar. Con ganas de acostarse con una persona solo por placer.
Sin embargo, Yuka se lanzarĆ” a todo eso, dejarĆ” de ser la «pobrecita chica con
parĆ”lisis cerebral» para hacer amistad con una prostituta que la llevarĆ” de
compras y a vivir la noche. Como harĆa cualquier chica de su edad.
Cartel de la pelĆcula «37 segundos» |
Estrenada
en 2019 y disponible en Netflix, 37
Seconds es una cinta humana y sorprendente, emotiva y dulce, que me ha
sorprendido gratamente con su retrato de la discapacidad carente de mieles o de
conmiseraciĆ³n. Una narraciĆ³n vivaz y tierna, divertida en mĆ”s de una ocasiĆ³n,
en la que los sentimientos son tan puros como desnudos, pero jamƔs
hiperactuados, al servicio de una historia luminosa y motivadora. No puede
haber secuencia mƔs significativa que la de Yuka encontrƔndose con tres drag-queens; los artistas alaban lo mona
que estĆ” y le preguntan a dĆ³nde se dirige. Cuando ella les pregunta hacia dĆ³nde
deberĆa ir, le contestan: «CariƱo… ¡eso sĆ³lo lo decides tĆŗ!» Cinefiliabilidad
6, lo que significa que hay que verla con subtĆtulos y que la narraciĆ³n es
pausada, pero en ningĆŗn momento aburrida.
«¡SĆ! ¡Que te jodan a ti tambiĆ©n!» Si no
coges esta frase, tienes que ver mƔs cine.
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