—PapĆ”, ¿me montas a caballito?
—Ahora, no, Calvin, estoy ocupado.
—¿Sabes? El tiempo pasa volando, papĆ”. Dentro de nada, serĆ© un adolescente, y tĆŗ me mirarĆ”s con nostalgia, y dirĆ”s, “¡CuĆ”nto ha crecido Calvin! Recuerdo cuando era tan pequeƱo que podĆa cargarlo a caballito”, pero esos dĆas se habrĆ”n perdido para siempre.
—…
—Creo que ya he pasado mi remordimiento potencial.
—¡No; salta la valla, salta la valla! (Calvin y Hobbes, 1982)
Culpabilidad paternal. De no ser
por ella, miles de pelĆculas no existirĆan; Peter Pan no hubiera vuelto a Nunca
JamƔs, y miles de equipos deportivos se hubieran quedado en el arroyo para
siempre y no hubieran ganado jamƔs la emocionante final. En la cinta que nos
ocupa, Train to Busan, el argumento
no es ni remotamente tan amable, pero el punto de partida no deja de ser ese.
SeokWoo es un hombre divorciado padre de
una niƱa aĆŗn de pocos aƱos, y cuyo absorbente trabajo le impide dedicarle todo
el tiempo que la pequeƱa precisa. Cuando la niƱa declara que prefiere irse con
su madre, SeokWoo no da precisamente saltos de alegrĆa, pero entiende que es lo
mejor para ella. Ya de camino a la estaciĆ³n del tren, somos testigos de
altercados y sabemos que se ha producido un brote de virus que estĆ” actualmente
fuera de control. Y aquĆ ya empieza el tomate. Todos sabemos de quĆ© virus se
trata y quƩ efectos produce, pero si en otras producciones el ya clƔsico Solanum (despuƩs de que Max Brooks le
puso ese nombre, no me convencerƔn de que lo llame de otro modo) daba algunas
horas o incluso dĆas de tregua entre mordisco y Levantamiento, aquĆ la
infecciĆ³n es de efectos mĆ”s instantĆ”neos que el Nesquick, lo que produce una expansiĆ³n del virus mucho mĆ”s rĆ”pida y
consecuencias aĆŗn mĆ”s nefastas.
Desde hace ya mƔs de una dƩcada, los
zombis se han hecho protagonistas indiscutibles de las cintas de terror. No
obstante, su apariciĆ³n es mucho mĆ”s antigua. Desde la memorable frase «Vienen a
por ti, BĆ”rbara» de La noche de los
muertos vivientes, casi tres cuartos de siglo nos contemplan. Y cito La noche… porque, con comprensibles
diferencias, pero el esquema que sigue el Tren
a BusƔn, es muy similar.
Una pareja se encuentra en el meollo de la
situaciĆ³n y se une a otras personas en la lucha por sobrevivir, mientras a su
alrededor el mundo se cae a pedazos; algunos intentan ayudarse, otros no dudan
en llevar a cabo acciones de lo mƔs rastrero con tal de sobrevivir, otros son
capaces de sacrificarse, y todos van cayendo uno tras otro ante lo inevitable.
En ambas cintas, separadas por dƩcadas amƩn de por muchas cosas mƔs, pero vemos
los mismos comportamientos. No obstante, el Tren cerrarĆ” sus puertas con un
rayito de esperanza, cosa que, en el clĆ”sico, no habĆa.
La cinta, como pelĆcula de terror,
funciona maravillosamente y no deja un momento de respiro en el espectador.
Agobiante, rĆ”pida y claustrofĆ³bica al desarrollarse casi por completo en el
interior de un tren, es una constante descarga de adrenalina e inquietud
durante las casi dos horas que ocupa.
Yeon-Shangho, director de la cinta,
admitiĆ³ haberse inspirado en la cinta United
93 para recrear la sensaciĆ³n de espacios cerrados y estrechos con los que
provocar ansiedad y temor, y puedo garantizaros que lo logra. Train to Busan es una cinta que no
explora en la psique de sus protagonistas, ni nos muestra a estos mƔs allƔ de
una somera introducciĆ³n, lo que los hace ligeramente arquetĆpicos, pero en una
cinta de terror como la que nos ocupa, no sĆ³lo no se espera una gran
profundidad psicolĆ³gica, sino que esto resultarĆa artificioso y fuera de lugar;
en el terror, lo que se espera son sustos, acciĆ³n, y pasar un delicioso mal
roto, y eso Train to Busan nos lo
darĆ” de sobra.
La cinta, estrenada en 2016, se llevĆ³ los
premios a Mejor director y efectos visuales en el festival de Sitges del citado
aƱo, y tiene preparada una secuela para el aƱo que viene.
«¿Pero ¿quĆ© dice? ¡Si siempre le
hemos llamado el «honesto» Pete Harmann…!» Si no coges esta frase, tienes que
ver mƔs cine.
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