Batman la boda


Suenan campanas de boda para uno de los solteros de oro del mundo del cómic: Mr. Bruce Wayne. Guapo, rico y famoso. 

Tras la boda fallida con Kathy Kane (Batwoman), Lois Lane (sí, le «robó» la novia a Superman en The Bride Of Batman), Talia al Guhl (la madre de su hijo Damian) y mediante un hechizo, con la misma Wonder Woman. Tal vez precipitado, tal vez ya presentido, la elegida es Selina Kyle, Catwoman.

Bruce Wayne le pide matrimonio a la ladrona Selina Kyle, quiere sentar la cabeza. Una boda íntima con un padrino que no será otro que Alfred y una íntima amiga de Selina. Oficiará la boda el juez Wolfman, abordado de forma precipitada y tendrá lugar en la mansión Wayne, en donde la clave estará en los ojos, donde se puede vislumbrar cada movimiento y cada emoción.

Batman la boda


Uno de los guionistas más prolíficos del Universo DC, Tom King, se encarga de la boda del personaje creado por Bill Finger (pocas veces acreditado) y Bob Kane. Tras el espaldarazo que supuso The Vision (Marvel), se le encarga el Rebirth de Batman.

A los pinceles un Mikel Janín explosivo. Como ya mostró en Grayson, la evolución narrativa, esa fusión entre el dibujo netamente americano salpicado de las líneas cinéticas manga, le confieren el título de uno de los mejores dibujantes del Hombre Murciélago y sus peripecias, y uno de los mejores para plasmar la era Rebirth, el Renacimiento del héroe.

Destacar que en esta historia participan las portadillas de artistas de renombre como Jim Lee, Jose Luís García-López o Rafael Alburquerque, por citar algunos, que no interfieren en la escena, agrandan la leyenda de la relación.

Sinceramente, me esperaba más. Más acción, no sólo una historia de amor donde la premisa «renunciar» es la que marca la diferencia.

Batman la boda


La pobre Vicky Bale queda en el olvido y la historia se sostiene por hilos: quién es quién, qué puede pasar, el por qué… No voy a spoilear el final, aunque tristemente ya sabemos cómo termina gracias a las redes sociales y no, en este caso no fueron fans desaprensivos, un medio oficial de prensa seria, sacaba el titular de la boda.

El arte de Janín es lo más destacable, con un dibujo lleno de detalles y una narrativa perfecta. Elegir una azotea al sur de Gotham para «el evento» es lo más romántico que veremos con una frase clave para la historia que pronuncia Bruce Wayne: es donde estábamos. Donde siempre estaremos.

Intercalada en la narración, las portadas de grandes autores de DC sirven como excusa para hablar de forma poética de esa relación surgida del roce, de los encuentros furtivos, de las miradas cómplices.
Para ser Batman, uno de los requisitos es la infelicidad, el resquemor y la venganza, así que no es difícil adivinar a dónde lleva esta relación. Sin embargo, me ha dado la sensación de que todo ocurre de manera muy precipitada, obligada, diría yo. En tan pocas páginas de la secuencia esperaba algo más, tras ser anunciado como algo trascendental.

Me encanta la pareja y entiendo los motivos. Si tuviera que destacar algo (aparte del arte de Janín) sería la portada que para el integral hizo Albert Monteys. Totalmente distinta a lo que encontramos en el interior, no sólo en ejecución, también en concepto. Pero es una parte de importante de Batman y sirve para reafirmar porqué se dedica a esto y qué le mueve a hacerlo.