CorrĆan los aƱos '90 cuando hubo
una explosiĆ³n de autores fuertemente influenciados por el manga, gracias a
series como Dragon Ball o Saint Seiya (Caballeros del ZodĆaco) y publicaciones como Guru Guru, Minami , Neko o Shirase
publicaban historias de un nutrido grupo de autores noveles espaƱoles.
Erin, memorias de una mercenaria fue una de ellas que, varias
dƩcadas despuƩs ha sido recuperada por Ediciones Babylon. Ser camarera en una
taberna infestada de orcos, no es el sueƱo de nadie y mucho menos de Erin, asĆ
que tras una pelea donde todo queda destrozado, ella es despedida y, al
adentrarse en el bosque con sus pertenencias, salva a una elfa de ser devorada
por los dinosaurios. A partir de entonces, Lilyth, la elfa, se considera ser
propiedad de Erin y pondrĆ” todos sus conocimientos mĆ”gicos a su disposiciĆ³n. Erin
quiere ser una mercenaria, pero su arrogancia no le hace ningĆŗn favor y Lilyth
parece tener un destino de lo mĆ”s peculiar…
RamsƩs para la revista Neko (1997/98) es la primera obra
completa de Esther Lecina, diseƱadora grĆ”fica que dejĆ³ inconclusa Erin,
memorias de una mercenaria que se publicaba en la revista Shirase (1999/2000) por cierre de esta Ćŗltima. Mucho ha llovido
desde entonces, 18 aƱos concretamente y ya podemos disfrutar del final de la
mercenaria mĆ”s temible (o no…) de todos los tiempos.
El
dibujo de Lecina ha evolucionado espectacularmente, especialmente en narrativa
y tintas, donde la limpieza y nivel de detallismo es de agradecer, excepto en
las cabelleras de los personajes donde una masa de gris, negro o lĆneas para
una cabeza poblada de pelo blanco, no otorgan nada de movimiento a las melenas
y hacen que la acciĆ³n parezca mĆ”s hierĆ”tica. A favor, las expresiones y diseƱo
de personajes los hacen perfectamente diferenciables, no sĆ³lo por el color de
piel o cabello (o indumentaria), si no por diferentes Ć³valos faciales y
dimensiones de los ojos, nariz o boca (que hay muchos mangakas que sus personajes se diferencian por la ropa y el color
de la melena…).
Erin, de Esther Lecina by on Scribd
Si
tuviera que comparar su estilo, serĆa con Hiromu Arakawa y su FullMetal Alchemist, ya que sus diseƱos
y expresiones me recuerdan mucho a los de la obra de esta mangaka, asĆ como la
ejecuciĆ³n de las pĆ”ginas. Las lĆneas cinĆ©ticas de la narrativa manga hacen de
ella una historia Ć”gil y llena de acciĆ³n.
Ha
valido la pena esperar 18 aƱos para disfrutar de la historia al completo y
rendirnos al carisma de Erin. La relaciĆ³n que mantiene con Lilyht es un yuri en toda regla, tal vez algo
escondido porque en la Ć©poca que se iniciĆ³ la obra no estaba bien visto, pero
al final no nos queda ninguna duda de la relaciĆ³n homosexual entre ambas,
pasando de una amistad «impuesta» a unos sentimientos mĆ”s hondos por roce y
cariƱo. La presuntuosa mercenaria cede a la sangre de Lilyht para aumentar su
poder mĆ”gico, asĆ que su relaciĆ³n empieza siendo la de un drogadicto y su droga,
para acabar siendo una pareja como cualquier otra, con sus rarezas incluidas.
Destacable
la dosis de comicidad y los momentos que dan pie a segundas lecturas.
«Ser guerrera es mejor que ser
mercenaria». Quedaos con esta frase que simplifica el desarrollo del personaje
de Erin.
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