Si tomĆ”semos a una persona de la calle y le dijĆ©ramos que puede meterse en una tienda de barrio y robar allĆ­ lo que quisiera, y que no tendrĆ­a ninguna consecuencia, lo mismo nos espantĆ”bamos de lo que serĆ­a capaz esa persona. Es posible que alguno se negase a ello alegando que robar estĆ” mal, y aunque uno sepa que va a salir impune, no debe hacerlo por que no es Ć©tico y punto, pero la mayorĆ­a de nuestros vecinos y conocidos no tendrĆ­an ese escrĆŗpulo, sino otro muy distinto: “si digo que no a esta ocasiĆ³n, me tomarĆ”n por tonto”. Si partimos de Ć©sta premisa, podemos deducir que en realidad, la sociedad no se apoya mĆ”s que superficialmente en cosas como el orden, la ley o la Ć©tica. En lo que en realidad se apoya, es en el miedo. El miedo a que nos detengan y nos pongan la cara en vergĆ¼enza, o nos encierren en prisiĆ³n o nos pongan una multa, es lo que en la mayor parte de los casos nos para los pies. Bien, ahora imaginemos un miedo a gran escala para controlar a toda una sociedad.

En la cinta que nos ocupa, debido a desĆ³rdenes sociales, los jĆ³venes se rebelan y provocan un sinnĆŗmero de altercados. Ante ellos, el poder responde con dureza y aprueba la Ley BR. ¿En quĆ© consiste? En que, para mantener la paz, se realizan purgas entre los propios jĆ³venes. Una vez al aƱo, durante una excursiĆ³n escolar, los estudiantes son drogados, secuestrados, llevados a una isla y dotados de un equipo mĆ­nimo de supervivencia y un arma o una herramienta (y como todas son distintas, a algunos chicos les toca una metralleta, y a otros una tapadera de olla… sĆ­), y conminados a que se maten entre ellos hasta que solo quede uno.




Battle Royale, cuyo nombre hace referencia a las peleas de lucha libre en las que intervienen varios luchadores hasta que se declara un Ćŗnico vencedor, es una obra cruel y violenta, de profunda lectura posterior. Basada de hecho en una novela, en la cual podemos ver con mucho mayor detalle la sociedad que ha aprobado tan inhumana ley, nos lleva a comprobar que no hay policĆ­a mĆ”s duro ni verdugo mĆ”s cruel que una persona asustada. Mientras que las fuerzas del poder, el ejĆ©rcito y el profesor Kitano (encarnado por Takeshi Kitano, a quien conocemos por dirigir y protagonizar El verano de Kikujiro) intentan por todos los medios mantener a los jĆ³venes enemistados unos con otros y que su competitividad acelere las muertes, varios chicos intentan con la misma fuerza permanecer unidos y atraer a los demĆ”s para enfrentarse a Kitano y salir todos juntos de la isla. Desgraciadamente, la desconfianza y la presiĆ³n podrĆ”n con muchos de ellos.

Battle Royale es una obra que bebe de la filosofĆ­a y de otras novelas como El seƱor de las moscas (en la que un grupo de niƱos queda a su suerte en una isla. Por mĆ”s que todos sean amigos, pronto surge el lĆ­der y la violencia hacia quienes no comparten su punto de vista), o la pelĆ­cula de terror El sorteo, en la que, para mantener el orden, anualmente se realiza un sorteo entre las familias, y la “agraciada” deberĆ” sortear a su vez a quĆ© miembro de la familia le toca entregarse. Entregarse para ser apedreado por todo el pueblo; esto produce que todo el mundo sea inmensamente amable para que la lapidaciĆ³n se siga realizando por sorteo, y para que nadie intente denunciar a nadie, pues todos son asesinos… pero pueden decir con tranquilidad que “sĆ³lo obedecieron la ley”. El miedo a lo que puede suceder si cambian las cosas, si alguien pretende sacar los pies del tiesto o echarles en cara sus mĆ©todos, lleva a los vecinos a actuar como una piƱa contra quien quiera que se cuestione su sociedad. En la vida real, por triste que sea, encontramos a veces ejemplo similares. No pocas veces, desde gobiernos de distintos paĆ­ses supuestamente democrĆ”ticos han surgido propuestas para censurar, controlar o hacer seguimientos de las pĆ”ginas web que ve cada cual en su casa, o inclusive de prohibir el acceso a determinadas pĆ”ginas, anillos de webs o redes en particular, esgrimiendo la excusa de la seguridad, de la protecciĆ³n infantil, del terrorismo… en suma, del miedo. Y gracias al miedo, se intenta controlar la informaciĆ³n que recibe un usuario o la expresiĆ³n de sus ideas (quĆ© decir de la Ley Mordaza, segĆŗn la cual estĆ” prohibido hacer chistes sobre la monarquĆ­a…). Gracias al miedo, se consigue que la Ćŗnica pĆ”gina que uno pueda ver sea el NODO, y que aĆŗn demos las gracias por que cuidan de nosotros.

Battle Royale parte de la misma premisa: los jĆ³venes nos asustan, pues hagamos que toda la poblaciĆ³n tenga miedo de ellos. Son criminales, son salvajes, pegan a sus padres, pretenden matarnos a todos, ¡hay que controlarlos! Y la mejor manera de controlarlos, es haciendo que ellos mismos se conviertan en sus propios asesinos.

Como no podĆ­a ser de otra manera, Battle Royale tuvo su adaptaciĆ³n a manga y al anime, una secuela no oficial y hasta ha puesto varias acusaciones de plagio (Los juegos del hambre. Si eso, no es plagio, entonces Shazam* es un prodigio de originalidad y algo nunca visto hasta la fecha). La pelĆ­cula fue estrenada en el aƱo 2000 y, aunque no ganĆ³ premio alguno, levantĆ³ una gran polĆ©mica y hoy dĆ­a es una cinta de culto.

*Shazam fue un personaje a rebufo de Superman; se convertƭa en superhombre diciendo la palabra mƔgica Shazam, y sus creadores fueron acusados de plagio.

“Muy bien, entonces te hablarĆ© mĆ”s claramente: ¡serĆ” mejor que lo encierres por las noches, porque la prĆ³xima vez que lo vea rondando en mi casa, le voy a soltar una perdigonada!” Si no coges Ć©sta frase, tienes que ver mĆ”s cine.