No deja de ser curioso que la pelĆcula mĆ”s experimental y menos conocida de Ghibli, sea precisamente la que habla de algo tan tradicional y cotidiano como las relaciones familiares, por medio de una divertida y melancĆ³lica comedia. Su modesta recaudaciĆ³n en taquilla, en comparaciĆ³n con el resto de producciones y su aparentemente anodina temĆ”tica, hacen que sea frecuentemente esquivada por el radar de los aficionados. Craso error. Mis vecinos los Yamada es una pieza Ćŗnica dentro de la filmografĆa del estudio por presentar una historia no lineal, donde recrea una serie de viƱetas humorĆsticas acerca de la vida familiar, sin continuidad entre sĆ mismas, haciendo posible verlas por separado o en orden aleatorio, a la vez que mantiene la estĆ©tica visual de las tiras cĆ³micas originales.
Lo destacable del caso es que justamente para lograr un aspecto artesanal inspirado en acuarelas, fue necesario dar un salto tecnolĆ³gico (y presupuestario, todo sea dicho) para ser la primera pelĆcula del estudio en abandonar por completo las tĆ©cnicas tradicionales de animaciĆ³n en celdas, para llevar a cabo la animaciĆ³n de forma completamente digital en su lugar. El resultado es una fascinante pieza minimalista que cumple el propĆ³sito de ser fiel a sus orĆgenes.
La pelĆcula es una adaptaciĆ³n de la popular tira cĆ³mica del mismo nombre, publicada por Hisaichi Ishii en el diario japonĆ©s Asahi Shimbun desde 1991. Una familia tipo, entraƱable e incorrecta a partes iguales, formada por un padre asalariado y una madre ama de casa, Takashi y Matsuko; una pizpireta hija pequeƱa y un hijo adolescente con dramas existenciales, Nonoko y Noboru; una sabia abuela sin pelos en la lengua, Shige (porque en ninguna comedia familiar puede faltar la suegra) y el perro. Ellos componen una radiografĆa de la sociedad japonesa contemporĆ”nea, a travĆ©s de la cual Isao Takahata disecciona, analiza y se rĆe de su sujeto mientras extrae aquellos elementos primordiales que hacen que el relato atraviese fronteras y supere diferencias culturales para que cualquiera pueda identificarse con Ć©l, a pesar de contar con elementos marcadamente japoneses. Cada segmento incluye haikus relacionados con el tema en cuestiĆ³n, asĆ como referencias al folclore japonĆ©s, omnipresentes en la obra de Takahata que ademĆ”s, visto en perspectiva, daban una pista sobre cuĆ”l serĆa su siguiente proyecto (El cuento de la princesa Kaguya, 14 aƱos mĆ”s tarde y ya reseƱado en estas pĆ”ginas por servidora).
La ausencia de estructura narrativa, que a priori parece jugar en su contra, permite la suficiente libertad para tener un lienzo lleno de pinceladas aquĆ y allĆ”, que resulta efectivo para crear un retrato global donde todos podemos vernos reflejados. El primer segmento abre con un monĆ³logo magistral frente a la pareja reciĆ©n casada, que reflexiona sobre los desafĆos que presenta el “viaje” de la vida en pareja y la crianza de los hijos. Reflexiones que se mantienen en otras viƱetas que ademĆ”s incluyen temas como la relaciĆ³n con la familia polĆtica, la resoluciĆ³n de conflictos y hasta el primer amor adolescente. Son inquietudes a las que nadie es ajeno, podrĆan ser nuestros vecinos o nuestra propia familia.
Ficha TĆ©cnica
Nombre Original: HÅhokekyo Tonari no Yamada-kun
Director: Isao Takahata
Estudio: Ghibli
AƱo: 1999
GĆ©nero: FantasĆa, ciencia ficciĆ³n.
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