Después de cuatro días de salón (de los cuales fui dos, el sábado completo y el lunes por la tarde) y de muchas horas delante del ordenador pasando las 62 licencias de manga (que se dice pronto) hoy, jueves 3, las he terminado. Sí, es cierto, ha habido un par de días que no me puse, pero era porque tenía que volver a casa después de terminar el salón. Pero quitando eso, me he pasado días enteros haciendo entradas como una loca a tanta novedad que van a sacar las editoriales.
62, quedémonos con la cifra, sin contar anime ni producción propia, licencias que vienen de Japón (y puede que me haya dejado alguna, gomen nasai). Y algunas editoriales ya han dicho que algunas licencias que saldrán en el 2017 todavía se las reservan, como es el caso de Norma o Ivrea (y no sabemos si alguna editorial más).
62 licencias, algunos oneshots y otras series largas. Miro mi libreta, miro el horizonte y pienso en Librería Kasukabe, ¿dónde se supone que tengo que meter todas las novedades?
Os voy a hablar de la logística de la librería en la que trabajo: tengo dos metros de estantería (le llamamos metro porque mide un metro de largo) con siete baldas para shônen, uno para shôjo y dos más para seinen (todos con 7 baldas, por delante y por detrás). Una hermosa mesa de dos metros por cada lado, con un atril y con un podium para poner novedades por delante y por detrás, también de un metro con su escalón. Eso hace un montante de... 11 metros para poner manga. Y ya lo tenía lleno, pues porque hay mucho manga y se vende mucho (es una de las familias de cómic que más está creciendo, nos quedamos con este dato también, que no lo digo yo, lo dicen las cifras de ventas). Estoy planteándome si no deberíamos pedir un presupuesto para poder meter el manga que va a venir en 2017 y tirar un tabique y seguir poniendo estanterías para poder meter las series nuevas (y las viejas que no se pueden quitar porque se siguen vendiendo una barbaridad).
Logística aparte, vamos a hablar de cifras. No puedo dar cifras exactas porque en España las editoriales son un poco opacas al respecto, por lo que os tendréis que fiar de mí y de lo que digo (acto de fe que espero tener de vuestra parte. Tampoco puedo dar las cifras de la librería en la que trabajo porque son cifras confidenciales). Todos sabemos que el mercado del libro ha pasado por unas de las crisis más importantes a causa de la propia crisis en España y por el tema digital. Dentro de todo lo que es el mercado del libro, lo que ha mantenido la venta es principalmente el libro infantil y últimamente el cómic y esa nueva literatura llamada young adult.
Dentro de todo el mundo del cómic, en donde está comenzando a vivir una edad de oro que España llevaba tiempo sin darse, lo que más ha crecido ha sido la novela gráfica, gracias a éxitos para todos los públicos de mano, por ejemplo, de Paco Roca, Marjane Satrapi, Alan Moore o Spiegelman (Maus sigue siendo uno de los cómics más vendidos de todos los tiempos); y sobre todo, el manga.
Voy a hacer un recordatorio de varios años atrás, de cuando EDT comenzaba a llamarse así (porque había dejado de ser Glénat). Recuerdo el shueishazo y la deflación de las ventas de manga. Recordaréis los que lleváis un poquito de tiempo en esto que hubieron unos años, después de la hostia de EDT, que las editoriales tradicionales de manga (Norma, Ivrea, Planeta) sacaban cosas con cuenta gotas. El mercado del manga en España había sufrido una oferta mucho mayor que la demanda y se habían publicado demasiados títulos que el público no podía asumir (de ahí uno de los motivos de los saldos de EDT) o por algún motivo no le interesaban.
¿Qué ha pasado para que lleguemos a las 62 licencias que tenemos ahora? Ha habido una recuperación de la venta de manga, en gran medida a la decisión de Norma de arriesgarse y publicar en España títulos como Ataque a los Titanes y Tokyo Ghoul, que junto a la publicación del anime en Japón ( y traducidos y traídos a España por Selecta Visión, aunque no olvidemos que normalmente la gente que los ve online los ve por fansubs y luego los compra originales) han traído un espaldarazo como nunca antes. Además, estas series han conllevado la incorporación al mercado de un público joven que consume este tipo de manga, además de todo el merchandising que lo acompaña y sobre todo, la forma de vida que con ello conlleva (el otaku casi me atrevería a decir que ya es una tribu urbana con su propio argot y vestimenta, pero eso lo debería decir mejor un sociólogo).
Y luego está el trabajo de las nuevas editoriales. Voy a ser sincera, en este caso, quitando a Norma y a Ivrea, que ha seguido muy en su línea (menos el yaoi), las dos editoriales que más han arriesgado han sido Tomodomo, que ha traído a España títulos yaoi muy bien escogidos que han resultado con muy buenas ventas y que han ayudado a que otras editoriales se atrevieran con ello (recuerdo por ejemplo ruedas de prensa con el editor de Ivrea, Leandro Oberto, diciendo que de momento no traerían yaoi a España porque era arriesgado no hace muchos años). Y luego, la irrupción de Milky Way, que ha movido una serie de mangas que no se estaban publicando, más de corte seinen, historias cortas (volvemos al tema de que la mayoría de lectores de manga o no tienen dinero o están escarmentados de series largos y las quieren cortas) con mucha calidad y con temáticas no vistas antes en España, a lo que hay que unirle al descubrimiento del fenómeno Asano, que me atrevo a decir que les ayudó bastante para seguir publicando, junto a Kakizaki.
Estas dos editoriales, junto a alguna más pequeña que ha aparecido, ha servido para que las grandes editoriales (las que tienen los capitales para invertir) se pusieran las pilas (principalmente Planeta, que Ivrea y Norma las tenían puestas pero con otras temáticas de manga) y arriesguen. Además, también hay que añadir la irrupción de ECC, que sólo publicaba DC, en el mundo del manga, publicando primero clásicos (Hanzo, El hombre sediendo, Kei) y luego adentrándose en el mundo "Junji Ito".
¿Sabéis lo más gracioso de todo? que las editoriales lo venden casi todo, en mayor o menos medida. Y eso puede ser algo bueno o algo malo. Procedo a explicarme. Hace años, en la época en la que Naruto y One piece eran lo más, también se vendía todo. Me temo que vamos a asistir, lo mismo no en 2017, otra sobresaturación del mercado que puede ir a mal como anteriormente o puede hacer que lo absorban los propios compradores, lo cual llevaría también a un continuo crecimiento de este mercado del cómic, porque mientras hablo del manga, que es el que tiene el crecimiento más espectacular, los otros cómics se venden también. ¿Estamos entonces viendo los resultados de la incorporación de una generación joven que compra cómics al mercado y que se une a los que ya llevamos años comprando cómics? ¿O es una moda pasajera?
Sea lo que sea, lo que es cierto es que 2017 se presenta, a nivel manga, como un año con mucho movimiento en el que vamos a tener más oferta ( y diversa) que nunca. Vosotros, ¿qué opináis? ¿Sois optimistas ante la previsión de tanta novedad? ¿O creéis que van a reventar la gallina de los huevos de oro?
1 Comentarios
En mi humilde opinión, depende.
ResponderEliminarSi hablamos de una editorial a priori pequeña como Milky Way, no. Porque traen mangas de corta durada y tiene que ir "sorprendiendo".
Me inclino más por el "a más variedad, más posibilidades de vender" que en tener un perfil fijado. Me explico: antes buscabas shôjo y mirabas hacia Ivrea (sig); el shônen del momento y hurgabas en Norma. Manga más "cásico" y te decantabas por Planeta.
Ahora no. Hay de todo en todas (aprovecho para pedir más josei) y si el yaoi está en alza, pues hacia allá que van.
Me encanta que Tomodomo tenga claras sus preferencias, así como Milky Way.
La entrada fuerte de ECC sólo tiene una pega: las ediciones (esto me frena bastante, un poco más de cuidado y Junji Ito sería mío)
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