“Dice que se llama Goldie. Huele como deben oler los ángeles”. Con estas palabras conocimos a Marv, protagonista de la historia que abre el cómic de Frank Miller, El duro adiós, perteneciente a Sin City.
La ciudad que sirve de marco a las historias que se cuentan sobre ella, en realidad se llama Basin City, pero el autor y los propios personajes juegan con el nombre, llamándola Sin City, literalmente “ciudad de pecado”, por motivos que quedan obvios apenas volvemos un par de páginas. En un principio, la idea de Miller era crear una historia sola, El duro adiós, y hacer de ella una historia separada e independiente, pero la idea de la ciudad era tan atrayente que acabó creando todo un universo en ella, haciendo aparecer a los personajes en diversas ocasiones y distintas líneas temporales.
Dentro de Sin City existen varios “universos” y el crimen es una entidad viva que palpita y crece dentro de ella. Mientras que por un lado están los ricachones que viven su vida “perfecta”, por otro está la Mafia, las prostitutas y la policía, cuerpos que luchan entre sí, pero la policía dista de ser una entidad de justos servidores de la ley, sino más bien de bravucones y ruínes endurecidos que pugnan por una mayor tajada del pastel y hacen servir su placa para conseguir servicios gratuitos allá donde van, de modo que un policía honesto y que no se deja corromper, no sólo no tiene nada que hacer en Sin City, sino que tiene las horas contadas.
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Los protagonistas de las historias, torturados y cansados que luchan por sobrevivir, destacan por su desesperanza que aún así les empuja hacia adelante, siendo la venganza el principal motor de sus rotas existencias. Así, Marv, el protagonista de la primera historia, intenta encontrar al asesino de una mujer a la que acababa de conocer, pero que le trató con amabilidad. Hartigan, protagonista de Ese bastardo amarillo, busca vengarse de quien le destrozó la vida y arruinó su carrera policial, y casi lo mismo sucede en todas las historias, si bien el móvil de la venganza o el ajuste de cuentas no hace que sean repetitivas en absoluto. Las historias de Sin City están marcadas por la violencia, apenas un ligero erotismo se adivina en ellas, es sobre todo la sangre la que protagoniza y lleva la voz cantante en cada uno de los cómics, motivo por el que se trata de un gran acierto el que el cómic esté casi íntegramente en blanco y negro, o en “manchas”; de ese modo, por más que la sangre y la violencia se lleven de calle el protagonismo, no se trata en absoluto de una novela gore o en la que el efectismo robe importancia a la trama.
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Sin City fue llevada al cine en una excepcional película en el año 2005, protagonizada, entre otros, por Bruce Willis, Mickey Rourke y Elijah Wood, además de contar con el propio Frank Miller entre la dirección, llevada a cabo por Robert Rodríguez, con la colaboración de Quentin Tarantino. La cinta respetó no sólo los guiones, sino también la estética de la novela gráfica, motivo que le valió varios premios en el apartado técnico, así como en la actuación (Mickey Rourke en su papel de Marv), y que motivaría la adaptación más tarde de otro cómic del autor, 300. La cinta, en una estructura cíclica, adaptó las historias El cliente siempre tiene razón, la mítica El duro adiós, Ese bastardo amarillo y La gran masacre. En el año 2012 se preparó la secuela, adaptando el segundo libro de Miller, que finalmente fue estrenada en 2014, aunque no obtuvo la fama de su predecesora.
En un principio, Sin City fue publicada en entregas por la editorial Dark Horse. Actualmente, es fácil conseguirla íntegramente en una cuidada edición de dos tomos de tapa dura, rojo y negro de Norma Editorial, editados en 2012.
Dibujada y con un guión claramente pulp, Sin City es la obra en cómic policíaca por excelencia, donde los antihéroes hablan en primera persona y pueden ser verdaderos canallas, pero logran que el lector se enamore de ellos; pueden ser mujeres de porcelana y veneno en los labios; policías corruptos, mujeres que venden su cuerpo pero tienen un férreo código de honor… Sin City es un zarzal perfumado en el que se mezclan las flores con espinas duras como el hierro, y las moras son dulces sólo al probarlas, pero nos dejarán un sabor terriblemente agrio en la garganta.
La ciudad que sirve de marco a las historias que se cuentan sobre ella, en realidad se llama Basin City, pero el autor y los propios personajes juegan con el nombre, llamándola Sin City, literalmente “ciudad de pecado”, por motivos que quedan obvios apenas volvemos un par de páginas. En un principio, la idea de Miller era crear una historia sola, El duro adiós, y hacer de ella una historia separada e independiente, pero la idea de la ciudad era tan atrayente que acabó creando todo un universo en ella, haciendo aparecer a los personajes en diversas ocasiones y distintas líneas temporales.
Dentro de Sin City existen varios “universos” y el crimen es una entidad viva que palpita y crece dentro de ella. Mientras que por un lado están los ricachones que viven su vida “perfecta”, por otro está la Mafia, las prostitutas y la policía, cuerpos que luchan entre sí, pero la policía dista de ser una entidad de justos servidores de la ley, sino más bien de bravucones y ruínes endurecidos que pugnan por una mayor tajada del pastel y hacen servir su placa para conseguir servicios gratuitos allá donde van, de modo que un policía honesto y que no se deja corromper, no sólo no tiene nada que hacer en Sin City, sino que tiene las horas contadas.
Los protagonistas de las historias, torturados y cansados que luchan por sobrevivir, destacan por su desesperanza que aún así les empuja hacia adelante, siendo la venganza el principal motor de sus rotas existencias. Así, Marv, el protagonista de la primera historia, intenta encontrar al asesino de una mujer a la que acababa de conocer, pero que le trató con amabilidad. Hartigan, protagonista de Ese bastardo amarillo, busca vengarse de quien le destrozó la vida y arruinó su carrera policial, y casi lo mismo sucede en todas las historias, si bien el móvil de la venganza o el ajuste de cuentas no hace que sean repetitivas en absoluto. Las historias de Sin City están marcadas por la violencia, apenas un ligero erotismo se adivina en ellas, es sobre todo la sangre la que protagoniza y lleva la voz cantante en cada uno de los cómics, motivo por el que se trata de un gran acierto el que el cómic esté casi íntegramente en blanco y negro, o en “manchas”; de ese modo, por más que la sangre y la violencia se lleven de calle el protagonismo, no se trata en absoluto de una novela gore o en la que el efectismo robe importancia a la trama.
En un principio, Sin City fue publicada en entregas por la editorial Dark Horse. Actualmente, es fácil conseguirla íntegramente en una cuidada edición de dos tomos de tapa dura, rojo y negro de Norma Editorial, editados en 2012.
Dibujada y con un guión claramente pulp, Sin City es la obra en cómic policíaca por excelencia, donde los antihéroes hablan en primera persona y pueden ser verdaderos canallas, pero logran que el lector se enamore de ellos; pueden ser mujeres de porcelana y veneno en los labios; policías corruptos, mujeres que venden su cuerpo pero tienen un férreo código de honor… Sin City es un zarzal perfumado en el que se mezclan las flores con espinas duras como el hierro, y las moras son dulces sólo al probarlas, pero nos dejarán un sabor terriblemente agrio en la garganta.
Ficha Técnica
Autor: Frank Miller
Editorial: Norma editorial
Precio: 34,95€ cada tomo (ed. Integral de lujo)
ISBN: Vol.1 : 978-84-679-0331-7
Precio: 34,95€ cada tomo (ed. Integral de lujo)
ISBN: Vol.1 : 978-84-679-0331-7
Vol.2: 978-84-679-0468-0
1 Comentarios
Esta obra la conocì por la pelicula, me he enamorado de Marv por la hnestidad de sus actos, por favor sigan recomendando estos títulos.
ResponderEliminarSe respetuoso o se borrará tu comentario. Gracias.