Imagen header artículo Solanin
A Inio Asano se le conoce generalmente por dar la voz a su generación. A sus 34 años, este mangaka japonés retrata como nadie las alegrías y las penas de la gran mayoría de la juventud occidental centrando su foco en el país que conoce, Japón. Solanin es un slice of life contundente y redondo, un pedazo de esa cotidianeidad desasosegada que a los jóvenes de nuestra generación le ha tocado vivir, luchar entre las dos aguas de una sociedad frenética que nos empuja a la monotonía y a encajar en ella como si fuéramos mecanismos de un reloj, pero que grita de forma desesperada y sorda por los sueños que no podrán cumplir. Solanin es un ejemplo de lo mismo en donde Inio Asano demuestra nuevamente su maestría a la hora de representar los sentimientos de las personas como si los abriera de arriba abajo y los mostrara sin pudor.

Meiko ve pasar su vida como si fuera una mera espectadora. Rehúye de su vida diaria, le provoca verdadero asco y finalmente apoyada por Taneda, su pareja, decide dar fin a sus sufrimientos: deja el trabajo de oficinista que tanto la estaba ahogando. Empieza entonces lo que llama su “libertad” y comienza a prestar más atención a los sentimientos propios y a los de Taneda, aunque un trágico accidente le hará dar un vuelco de 180º a su vida  y hará que deba replantearse varios caminos a seguir.

Interior manga solanin
Solanin habla de las relaciones, principalmente entre los jóvenes actuales. El hilo conductor principal es la relación extraña de Meiko y Taneda, en donde la canción que compone el último, “Solanin”, y que a su vez da título al manga, es el reflejo tanto de los sentimientos que él ha estado ocultando como de la verdadera historia del manga. Porque la solanina es un veneno. Una toxina tan común que puede encontrarse incluso en las patatas que la madre de Meiko le manda constantemente, con las cuales no les queda más remedio que comer todos los días curry.  Y es que esas patatas amorfas después de la tragedia del equinoccio del manga, llena de hijos por doquier, es el ejemplo gráfico de su relación. Las patatas olvidadas son grandes generadoras de esa solanina, de ese veneno, y es que el amor, si no se cuida, acaba en convertirse en algo tóxico que uno debe o quitar de su vida o tomar un antídoto. Comer curry todos los días es entonces el claro ejemplo que el autor nos quiere hacer sobre la monotonía en las relaciones sin decirlo, usando el lenguaje gráfico para hacerlo. Unido a la única forma de expresar sus sentimientos por parte de Taneda, la música, hace que “Solanin”, esa canción que Meiko acaba encontrando después de todo y que la lleva a tomar las riendas del final de la vida de Taneda, en una forma de homenaje y en una forma de terminar esa disyuntiva que termina apostando por el cariño verdadero, aunque llegue tarde. 

Solanin no es sólo la historia de Meiko y Taneda también lo es de los demás integrantes del grupo, Rotti: Billy, incapaz de expresar sus verdaderos sentimientos, va de tipo duro pero es el más tierno y empático de todos; Mole, que no acaba de terminar la carrera, soñador y un tanto loco; y Ai, la mejor amiga de Meiko y la que le presentó a todo el grupo en el primer año de carrera, desea que Mole termine la carrera, encuentre trabajo y puedan tener una relación más seria. Si en un principio la historia se sustenta principalmente en la pareja protagonista, es a partir de la mitad cuando toman protagonismo y de forma importante, como apoyo y acabando de dar forma a este maremágnum de sensaciones e inquietudes de las que se compone la gran mayoría de los jóvenes de la actual sociedad japonesa, en plena crisis de identidad y de sueños.

Inio Asano tiene un dibujo claramente reconocible, como ya hablamos en la reseña anterior que hicimos de Nijigahara Holograph. Se nota que Solanin, al ser una obra un tanto posterior, ha mejorado, si no gráficamente, pues continúa con su detallismo fotográfico de fondo y con el mismo tipo de estilo de diseño de personajes, si a nivel de construcción argumental. Solanin es una obra madurada y completa, sin agujeros, que se puede leer de principio a fin sin que queden dudas acerca del propósito original de Asano para su obra: presentar un trozo de la juventud de Meiko, su cambio a la vida y su rebeldía ante la tradición japonesa que prácticamente obliga a los hombres a trabajar para siempre en la oficina y a las mujeres a casarse y a cuidar de su casa.

La edición española de Solanin corre a cargo de la editorial Norma y cuenta con un tomo único de 426 páginas a blanco y negro en rústica con sobrecubierta. Al ser una edición de octubre del 2014, todavía es fácil encontrarla en librerías especializadas en cómic, con un coste de 15.95€, bastante ajustado si tenemos que tener en cuenta que Solanin tiene muchas lecturas y que realmente corresponde a un integral de dos volúmenes.

La obra de Inio Asano y especialmente este Solanin es tan especial en su género que se puede leer fácilmente por aquellas personas que no están acostumbradas a leer manga de forma habitual, ya que tanto el formato como la composición de la historia recuerda más a una novela gráfica occidental que a un manga con el concepto habitual que tenemos de él. Una joya que no puede faltar en vuestras librerías, referencia si os gusta el género o el autor.


Portada Solanin Norma editorial
Ficha Técnica



Título original: ソラニン (Soranin)

Autor: Inio Asano

Editorial: Norma Editorial

Año: 2014

Género: seinen

Categoría: slice of life