En febrero tiene lugar en Japón la celebración del Setsubun, que vendría a ser el fin del invierno y el comienzo de la primavera, muy relacionado con el inicio del año según el calendario lunar y que antiguamente formaba parte de las celebraciones del Año Nuevo japonés, que se trasladaron a finales de diciembre cuando se asimiló el calendario occidental. 

El final del llamado Daikan (frío intenso) da paso al Setsubun (literalmente separación de estación) para entrar en el Risshun (comienzo de la primavera). El Setsubun comenzó a ser tratado como una celebración imperial durante el período Heian, donde esta ceremonia se celebraba en Kioto, pero no fue hasta el período Muromachi (1392-1573) que se convirtió en una celebración popular. Esta celebración procedía de los rituales nuo chinos, en los que se ahuyentaba al mal y a los espíritus malignos, concepto que se trasladó a Japón durante el período Heian. En el caso que nos corresponde, este ritual, que en origen se denominaba como tsuinase celebraba para dar la bienvenida a la primavera con estos rituales, que haría que llegara hasta ellos una estación próspera y llena de vida, expulsando a los oni, u ogros. 


El aspecto más popular de esta celebración se llama Mamemaki y consiste en lanzar alubias o frijoles para ahuyentar a los malos espíritus que han estado presentes durante la temporada invernal, ya que la pronunciación de alubia en japonés まめ (mame), suena igual que aniquilación de demonios.

El toshi otoko (literalmente hombre del año,y es el cabeza de familia o el hombre nacido en el signo animal del año que entra) es el encargado de arrojar el mame (frijoles) y suele haber alguien disfrazado de Oni (ogro), así que con las palabras Oni wa Soto; Fuku wa uchi (Sal ogro, ven felicidad), la lluvia de judías está servida. Cada familiar y/o invitado en la casa procura recoger tantos frijoles como años tiene, el comerlos trae garantía de suerte en el nuevo año que comienza.

Es tradicional de este período comer ehōmaki (恵方巻き), un tipo de maki relleno de diferentes cosas según la receta, de un solo bocado para ser feliz a lo largo del año.

Pero aquí no ha terminado todo. Es muy habitual ver a niños con máscaras de oni correteando y en los templos se lanza fukumame (alubia tostada) mientras gritan: Oni wa Soto; Fuku wa uchi, y comen tantos frijoles como su edad (o uno más) para protegerse de los malos espíritus.

En la noche del Setsubun muchos japoneses decoran los árboles de enfrente de sus casas con una cabeza de sardina, un ajo o una cebolla, para mantener a raya a los oni durante todo el año. Valores como fuente de la vida (simbolizado con los frijoles) y los frutos de la tierra y el mar (simbolizados con el tradicional ehōmaki), todo sirve para alejar el mal y asegurar un año próspero y feliz. 

Bibliografía

-Wikipedia 節分 (26/01/25)
-Japan; An Illustrated Encyclopedia
-Encyclopedia Of Shinto