Shōgatsu 元日 es la palabra conocida para designar la entrada de año nuevo en Japón desde 1873, fecha en la que se rigen por el calendario gregoriano en vez del lunar.
Como sucede en occidente, los buenos propósitos, la limpieza de la casa, celebraciones y, sobre todo, la familia. Esta es la noche donde los templos budistas tocarán 108 veces las campanas para mandar este año al pasado y que el nuevo año entre con fuerza.
Las decoraciones típicas orientales están formadas por bambú, frutas variadas (como puede ser la naranja) y/o cuerda (considerada una cuerda sagrada y llamada shimekazari) y es tradición comer fideos, concretamente los toshikoshi y ver como la televisión emite programas especiales que repasan en mayor o menor medida lo más relevante del año.
No, en Japón no harán una maratón como la de San Silvestre, pero sí oirán a despertar a los toshigami (dioses sintoístas del año nuevo) para hacerles peticiones y recordar que llegan los otoshidama, el dinero de año nuevo que se le da a los más pequeños de la casa.