Un año más aquí andamos a ver qué nos cae para el famoso (y cada vez más comercial) día de los enamorados. El Santo que, según cuenta la leyenda fue sacerdote a favor de los matrimonios jóvenes en Roma y martirizado por ello, pues el emperador quería a los jóvenes como soldados, sigue despertando curiosidad y ansia por esperar nuestro regalo.

Y bueno, como todos sabéis, en nuestro adorado Japón se celebra esta onomástica de forma peculiar: las chicas regalan chocolate a los chicos, aunque no siempre porque sean sus amados.




Desde el fin de la II Guerra Mundial, se cogió la costumbre de San Valentín de occidente pero con matices. Todos los chicos recibirán, indistintamente de si tienen novia/amada o no, el llamado Giri-choko (義理チョコ) o chocolate por obligación, expresa formalidad y cortesía normalmente en nuestro lugar de trabajo. También pueden recibir el Tomo-choko (友チョコ) o chocolate de la amistad... te quieren pero solo como amigo. Y el más esperado de todos, el Honmei-choko (本命チョコ), el chocolate que simboliza el amor verdadero, que recibirán los chicos de parte de sus enamoradas. Sí, no solo de la novia, sino de cualquier chica que sienta algo muy especial por él.

¿Y ellas? A esperar a marzo el White Day (día blanco), donde ellos se estirarán para comprar algo de igual o superior valía (al precio del chocolate recibido).

Pero no estamos en japón, así que a correr al centro comercial a comprar corbatas para ellos y perfume/flores para ellas... Qué horror, ¿no?

Lo que sí podríamos coger del País del sol Naciente es la costumbre de que amor hay de muchas clases: maternal, amistad o de pareja y de que lo mejor es regalar algo que ha hecho uno mismo con todo el cariño del mundo. Como bien hemos dicho, en Japón el hecho de que una chica cocine chocolate para su amor, es lo más valorado. Así que dejémonos de centros comerciales, que no tenemos pempis,  y volvamos a la tradición que nunca debió desaparecer: los poemas. Os dejo con la frase de Lao Tsu, que resume perfectamente ese sentimiento...

Amar profundamente a alguien nos da fuerza. Sentirse amado profundamente por alguien nos da valor.






Abro los ojos y ahí estás,
siempre cerca de mis pensamientos.
Tu Luz y sonrisa para iluminar
un soplo de aire para darme aliento.

Sin ti no soy un ser completo.
Mis carencias me dejan en evidencia.
Puedo con el mundo entero,
siempre que tú estés a mi vera.

Los problemas se tornan nada,
haces de mí una mejor persona.
Sirvan de regalo estas palabras,
que cada día mi corazón entona.

Para todos vosotros. Porque os quiero.