“Queridos Reyes Magos: como éste año me he
portado muy bien, me gustaría pedir un par de cosillas sin importancia, a
saber: un par de cabezas reducidas, el juego de Química recreativa del Profesor
Bacterio, el juego de Mecánica astroespacial del Doctor Zarkoff, una cría de
cocodrilo para el foso, un cachorro de lobo, un disco de Motörhead (en vinilo,
por favor.), otro de Serge Gainsbourg (también en vinilo, por favor), Scalextric en Transilvania con los cochecitos
de serie, libros de terror, Mitos de Chtullu, una bomba atómica de bolsillo, un
huevo de Alien (fecundado, por favor), una cabeza zombi conservada en formol,
velas negras que lloran sangre, una silla eléctrica de cocina, un generador de
tormentas particular, un …” ¿Será mucho pedir el Necronomicón? Llevo tres años
pidiéndolo, pero no me lo traen nunca, y mira que soy buena… En fin, ya
terminaré mi carta a los Reyes más tarde; bienvenidos una vez más a mi modesta
mazmorra y a mi sección, Cine que sólo se ve en Navidad, en la cual, por
primera vez y sin que sirva de precedente, vamos a hacer un doblete o sesión
doble: Sólo en casa 1 y 2.
La primera cinta comienza al inicio de las
vacaciones de Navidad, donde los McAllister están a punto de salir de viaje a
Francia. La casa, llena de los hermanos y primos de la familia, es un hervidero
de chiquillos, y nadie presta demasiada atención al más pequeño de todos,
Kevin, si no es para regañarle o decirle que molesta o que es un inútil. Sus
padres están medio locos con “tanto niño suelto”, sus tíos critican su
educación y sus hermanos mayores gustan de sentirse mayores haciéndole ver lo
pequeño que es y lo tonto que es precisamente por ese motivo. Kevin está más
que harto de ser el blanco de todos por su corta edad y siente que, mientras
que todos sus hermanos hacen piña entre ellos y los adultos hacen lo propio, él
está solo y nadie le quiere a su lado.
Poco antes de la cena, llega un policía a
asegurarse de qué medidas de seguridad toman durante las vacaciones, y la madre
naturalmente confía en él y se lo cuenta todo. Por lo visto, eso es algo común
en Norteamérica; en mi casa llega a presentarse alguien vestido de madero a
preguntar qué medidas de seguridad tenemos y mi santo padre le hubiera sacado
la escopeta de caza diciendo “ésta”, y habría disparado. El que quiera saber,
poquito y equivocado.
Bien, el caso es que durante la cena, Kevin
se enfada con su hermano mayor y le sacude un empujón que organiza un lío
bastante decente, lío con el que carga él, y que motiva que le castiguen a
dormir en el desván. En su injusto castigo, encerrado en el desván, Kevin
formula un deseo: “Ojalá desaparecierais todos”. A la mañana siguiente, los
McAllister no se despiertan a la hora que debían y eso supone salir de casa a
toda velocidad, y accidentalmente… se olvidan que Kevin estaba en el desván, y
se marchan sin él.
Cuando Kevin se despierta, descubre que su
familia no está y queda convencido que su deseo se ha
hecho realidad, de modo
que empieza a pasarlo en grande y a hacer todo lo que habitualmente le
prohíben, sin temor a que nadie se lo impida o le castigue por ello. No
obstante, su tranquilidad se ve mermada con la aparición de Harry y Marvin (Joe
Pesci y Daniel Stern respectivamente), dos cacos que se dedican a limpiar las
casas que han quedado vacías en Navidad. En un principio, Marvin piensa que la
casa de los McAllister no está vacía dado que el niño está en ella, pero Harry,
bastante más listo, se da cuenta que el pequeño “Está solo en casa”.
Kevin sabe que los cacos piensan venir a
por él y a robar, pero a diferencia de lo que sería esperable, el niño no se
asusta por ello, sino que prepara un plan de acción digno del general Patton
para recibir a sus atacantes, convirtiendo su casa en una trampa tras otra.
Estamos en una cinta de comedia y los golpes son similares a los dibujos animados,
pero un grado más, y podría perfectamente ser terror.
La cinta tuvo tanto éxito que el año
siguiente se estrenó la secuela, en la cual los numerosos McAllister piensan ir
a Hawaii a pasar la Navidad, cosa que no es del agrado de Kevin. Un nuevo
altercado con su hermano produce un castigo, pero en ésta ocasión, el pequeño
no es olvidado, sino que se distrae en el aeropuerto, y sigue a un hombre que,
de espaldas, es igual que su padre, y se monta por error en otro avión que va
nada menos que a Nueva York. Kevin, que lleva la bolsa de su padre con su
dinero y tarjetas, lo pasa en grande en la Gran Manzana y se aloja nada menos
que en el Waldorf-Astoria. Todo podría ir muy bien de no ser porque Harry y
Marvin se han fugado de prisión
y dan con él, y pretenden ajustar las cuentas
de las navidades pasadas. Eso sí, el toque de la cinta se
lo lleva de calle el
injustamente poco reconocido Tim Curry como recepcionista del hotel.
Macaulay Culkin, el pequeño Kevin, ganó el
premio American Comedy por su papel en la primera entrega y se convirtió en
estrella de la noche al día. Su padre ya le había hecho intervenir en papeles
pequeños en cintas como Solos con nuestro tío; Tú, yo y mamá… pero era la
primera vez que tenía el papel principal, y enamoró al público, lo que se
tradujo en que fue explotado como un fulminante durante los años siguientes,
tanto en comedia como en otros géneros; Mano a mano con papá (con Ted Danson) o
El buen hijo (con Frod… con Elijah Wood), fueron algunos de los títulos con los
que se intentó repetir el éxito que nunca regresó. Como sucede a muchos niños
superestrellas, apenas Culkin creció, dejó de interesar al público y se
convirtió en un paria. Se casó a los diecisiete años y se divorció apenas un
año más tarde; tuvo que aguantar que sus padres le usaran como moneda de cambio
en su divorcio, y no por cariño, sino por echar mano a los dividendos que
generaba su imagen…
Solo en casa, es una cinta familiar muy
divertida e ideal para ver con niños, a quienes debemos enseñar no sólo que no
abran la puerta a desconocidos… sino que ser un niño actor, no es el destino
más deseable.
1 Comentarios
No mencionar a una de las que considero tres pelis màs emblemàticas de la Navidad, era un despropósito para Dita XD. L aúnica contra es que la repiten hasta en la sopa, y encima mi familiaes fanática, por lo que la habré visto unas 95 veces :)
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