Mamoru
Hosoda es uno de esos autores con una marca propia. Su obra siempre se
caracteriza por su dibujo estilizado, su animaciĆ³n fluida y sus temas
sobre la familia y el amor. Tras «La chica que saltaba a travĆ©s del
tiempo» y «Summer Wars», Hosoda regresa a la fantasĆa para explorar la
educaciĆ³n, el legado y la identidad.
Y hay lobos de por medio. Esto no puede ser mejor.
Hana
es una estudiante que un dĆa se enamora de un chico misterioso. Poco a
poco comienzan a desarrollar una relaciĆ³n amorosa, y antes de dar su
gran paso Ć©l le revela que en realidad es un hombre lobo, capaz de
transformarse a voluntad en animal. Por suerte, antes de que la obra se
convierta en «CrepĆŗsculo con hombres lobo», el novio muere. Justo cuando
Hana se queda embarazada. De su segundo hijo. A solas y con una carga
que no sabe si podrĆ” soportar, Hana decide abandonarlo todo para dedicar
todos sus esfuerzos a la educaciĆ³n de sus hijos, Ame y Yuki, sendos
niƱos-lobo.
Cuando una obra estĆ” hecha con el corazĆ³n, se nota desde
el primer momento, y Hosoda pone toda la carne en el asador con esta
sublime producciĆ³n. Sin que la trama nunca deje de progresar, hay nuevos
giros y nuevos arcos, cambios en los personajes y una maravillosa
sensaciĆ³n de no saber hacia dĆ³nde llevarĆ” el camino, pero la seguridad
de que el final merecerĆ” la pena. La historia de la educaciĆ³n de Ame y
Yuki es una obra vitalista pero consciente, que es capaz de mezclar los
pequeƱos momentos de la vida con golpes de una violencia arrebatadora,
donde no se derrama sangre pero sĆ lĆ”grimas. Esta es una obra de
personajes, sobre descubrir quiƩn se es y el destino de uno mismo, pero
en ningĆŗn momento hay un mensaje que diga que hemos nacido para cumplir
un rol. Somos nosotros los que nos forjamos ese camino, y tras el
esfuerzo y el sacrificio siempre hay recompensas.
Hosoda logra evocar algo que casi habĆa olvidado: el poder desconectar por completo y simplemente vivir y enamorarse de estos personajes. En la tradiciĆ³n del director, cada escena es vibrante y estĆ” llena de luz y color y, al igual que la obra de Keiichi Hara, refleja el mundo de los niƱos sin perder nunca de vista la dura realidad de los adultos. Esa exquisita animaciĆ³n se suma a unas composiciones que hilan un paisaje que nos desprende de la violencia, los grises y los marrones del mundo.
«Okami kodomo no Ame to Yuki» puede resultar lenta para algunos. Su tono mĆ”s paciente y centrado en los personajes puede decepcionar a los que esperen una obra mĆ”s agitada, sobre todo viniendo de un hombre que ha demostrado su talento para la acciĆ³n con «Summer Wars» y «Digimon: La PelĆcula». Pero aquĆ Hosoda realiza un ejercicio de contenciĆ³n y limita las emociones a la pantalla, para que la tensiĆ³n vaya elevĆ”ndose lentamente hasta estallar.
Pero con todo, esta es una obra muy especial. Hosoda ha logrado algo que muy pocos pueden conseguir: crear una obra con tanto amor y dedicaciĆ³n que todos sus errores desaparecen frente al cariƱo que se le acaba teniendo. Casi complementando la labor de Miyazaki en su rol de cuentacuentos moderno, Hosoda crea una historia que repite uno de los mensajes mĆ”s trillados del mundo bajo una luz distinta, ofreciendo una brisa de aire fresco y una gran mezcla entre realidad y fantasĆa como sĆ³lo la animaciĆ³n japonesa puede conseguir.
En momentos asĆ es grande ser otaku.
Ficha TĆ©cnica
AƱo: 2012
Estudio: Madhouse
DuraciĆ³n: 117 minutos
Autor: Mamoru Hosoda
GĆ©nero: fantasĆa, drama
CategorĆa: shĆ“nen
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