Tamagotchis dĆ”ndose de hostias. 

Desarrolla & Distribuye: Bandai
GĆ©nero: Aventura.
Plataforma: Playstation
Idioma: JaponƩs/InglƩs. Texto en castellano.
Jugadores: un jugador.

   Antes de nada debemos ponernos en situaciĆ³n. Era una Ć©poca donde el mundo se encontraba siendo invadido por mascotas digitales en forma de monstruos raros. Los famosos Tamagotchi hicieron un gran bien a la sociedad provocando que padres ilusos compraran a sus pequeƱines estas criaturillas que comĆ­an, dormĆ­an, cagaban, meaban, se ponĆ­a enfermos… y morĆ­an, todo ello en falso. Pero una vez muertos o resucitaban o le dabas al reset y punto. Digo ilusos a esos padres porque con el tiempo el prepĆŗber se hacĆ­a mayor, pedĆ­a a gritos ese perro (o gato, o pĆ”jaro, o iguana, o esclavo, o pitufo…) al cual cuidaba con tanto amor hasta morir de inaniciĆ³n y preguntarle al padre dĆ³nde estaba el botĆ³n de reset (alguno le enseƱarĆ­a el recto). Poco despuĆ©s, ligada a esta idea, apareciĆ³ PokĆ©mon, ese juego de Nintendo donde nos enseƱaba que la caza furtiva y la amistad con la mascota cazada no eran incompatibles, que a su vez le siguiĆ³ un anime con Ć­nfulas del shĆ“nen pero que siempre serĆ” un kodomo que no llega a la altura del mĆ­tico Gato CĆ³smico. Y al final apareciĆ³ el que mezclarĆ­a todo: Digimon; a manos de Bandai (“que guay”).

    El proyecto Digimon, abreviatura de Digital Monster (por fin alguien que decĆ­a la verdad), comenzĆ³ como los Tamagotchi y se hacĆ­a llamar Digimon Virtual Pet. Pero al parecer, al ver que se podĆ­a hacer mĆ”s cosas con estas “criaturas” digitales en los juegos e historias de PokĆ©mon, decidieron crear una historia con aventuras, acciĆ³n… un shĆ“nen con todas de las de la ley en un manga y una serie anime (esta Ćŗltima en 1999).

    El mismo aƱo del lanzamiento de la serie anime se lanzarĆ­a el primer videojuego de la franquicia: Digimon World. O como yo siempre lo entendĆ­: Tamagotchis que repartĆ­an Hostias.

    La historia comienza en nuestro mundo real. Un jovenzuelo (mĆ”s o menos de la edad que tendrĆ” el jugador como me pasaba a mĆ­ en aquĆ©l tiempo) es fanĆ”tico de los Digimon (la versiĆ³n Tamagotchi) y se dedica a observar las increĆ­bles (aburridas en realidad) peleas entre sus amigos. Al llegar a casa nos damos cuenta que posee el Digimon World (sĆ­, este mismo juego que comento) y es absorbido al Mundo Digital donde viven los Digimon y donde espera el anciano Jijimon. El viejales con pinta de humano zarrapastroso (se parece al anciano de Ɖrase una vez…) te escoge a ti, al prota, para que junto a un digimon restablezcĆ”is la armonĆ­a en la Isla File en un momento donde todo digimon ha perdido la memoria y se han vuelto salvajes.
    El chico mĆ”s que salir corriendo se ilusiona y conocerĆ”s a tu digimon: un chachi Agumon. Y ahora comienza “lo mejor” del juego… o eso se supone. 

    Como un RPG tradicional, tĆŗ debes poner fuerte a tu compaƱero digital, deberĆ”s curarlo en medio de la batalla y antes de las batallas contra los “Boss” –que en este caso son los digimon sin memoria (excepto al final)- deberĆ”s ponerlo bien fuerte. Pero… ¡Ah! AquĆ­ no hay nada de niveles, no, aquĆ­ lo que hay son digievoluciones, algunas increĆ­bles y otras mediocres, contra mĆ”s digievolucione mejor, mĆ”s poderoso… o no. Y para ello debes cuidar a tu digimon. Traduzcamos: debes hacerlo entrenar en una zona de entrenamiento, luego –cuando estĆ© listo- liarte a mamporrazos con los digimon salvajes debiluchos,  y mientras haces todo eso, que es lo mĆ”s divertido, debes darle de comer, llevarlo al baƱo, ponerles vacunas… sĆ­, sĆ­, ya os he dicho que son tamagotchis. Esta es la parte mĆ”s innovadora y mĆ”s tediosa para aquĆ©l que se esperara un RPG mundano. ¡Tiembla Link! ¡TĆŗ te lo haces todo en los calzones!
¡Caga raudo como el viento, Agumon!
Pero eso no era lo peor.

    SegĆŗn cĆ³mo cuidaras a tu monstruo (entrenamiento, combates reales, darle de comer cuando es debido, que cagara en un puƱetero vĆ”ter –por suerte los hay en cualquier esquina o te gastabas el dinero (bites) en orinales-, que descansara y durmiera…) provocaba que su siguiente digievoluciĆ³n pudiera ser la repanocha (como Angemon), algo normalito (Centauromon) o una MIERDA (literal) dentro de una amplia gama de digimons que pueden aparecer; cada uno con sus tĆ©cnicas, sus puntos dĆ©biles y fuertes, etc. Y nuevamente nos encontramos con una parte innovadora, pues mola que lo que hagas con tu bicho se vea reflejado en quĆ© digievolucione o no (en serio, si lo tienes muy mimado puede que el muy hijo de CPU no quiera digievolucionar siendo un embriĆ³n que sĆ³lo sirve para ser apaleado); pero nuevamente… ¡Ah! Tampoco es que tenga una vida duradera y feliz. Digiworld no funciona igual. Lo que para nosotros son 24 horas para ellos puede ser una semana y con el paso del tiempo los digimons tambiĆ©n mueren, no sĆ³lo por la paliza padre que le den, asĆ­ que aunque no veas un The End en tu pantalla, sĆ­ verĆ”s como tu digimon cae y debes comenzar desde el punto de partida (la casa de Jiji) a criar a tu nuevo compaƱero digital –o el mismo con otro aspecto y personalidad, mirarlo como querĆ”is-: entrenarlo, mantenerlo, hacer que digievolucione… y cuando estĆ© listo, salir cagando leches al lugar donde te quedaste rezando para que sea lo que necesitas para acabar pronto con el siguiente enemigo a derrotar. 

    Debido a eso de que hay como un cronĆ³metro invisible en cada compaƱero digital, debes realizar pequeƱas misiones en la Isla File sĆ­ o sĆ­ para crearte pasadizos en la isla y acortar las distancias de un punto a otro. Porque sino, bĆ”sicamente el monstruo se te entierra solo en mitad del camino y vuelta al punto de partida.

    ¿Y la trama? Casi nula, la trama de la serie animada era mucho mejor que lo que crearon para este juego que pasa sin pena ni gloria salvo para los autĆ©nticos fans de Digimon o aquellos amantes de los tamagotchis junto a la acciĆ³n que existĆ­a porque se zurraban. Para el resto de los mortales un tedio enorme que consumĆ­a demasiado tiempo para luego ver que cuando estabas a punto de alcanzar a uno de esos “Boss” se te morĆ­a, clamando a los dioses de Internet que lo quemaran en un infierno de trolls y hoygans por su traiciĆ³n planificada.

    Personalmente sĆ³lo se salvaban los combates, mĆ”s dinĆ”micos que los de la saga PokĆ©mon y donde a veces molaba ver los ataques especiales. Pero vamos, RPG´s mĆ”s veteranos (como los Final o Zelda) le daban mil vueltas incluso en versiones mĆ”s antiguas.


    En definitiva ®, para que os hagĆ”is a la idea era (y es) un RPG bastante corriente con poca (por no decir nula) emociĆ³n, con diversos minijuegos y chorradillas que al final no equilibran la balanza. Un RPG al que se le aƱadĆ­a la emociĆ³n de cuidar un tamagotchi y que cuando ya lo tenĆ­as criado se te muere y resucita para volverlo a criar sin aprender que cagar fuera del vĆ”ter o un orinal es una guarrada que luego se deberĆ” comer si es un “digimon caca” –y lo hacĆ­a, se las comĆ­a-. Vamos, para que me entendĆ”is ¿os he dicho ya que son Tamagotchis dĆ”ndose de Hostias? Pues eso.

Por Jorge JimƩnez R.