Te llamas Yuri Otani. Eres una niña de sexto de primaria que vive sin intereses ni preocupaciones y que intenta no llamar mucho la atención. La vida es cruel para un infante, y la clase decide encargarte con una labor de delegada porque nadie quiere hacer el trabajo. Así que te dan un alienígena simbionte, un par de patines y te dicen que tienes que lidiar con los alienígenas que vayan a por tu escuela.

Debería replantear esto.

Alien 9 es una historia distinta. Es fácil decir esto en el terreno de la deconstrucción, pero lo que hace especial a ‘Alien 9’ es que el mundo, por una vez, no está en peligro. Esto va de matar alienígenas en el patio. La OVA, adaptada del manga homónimo de Hitoshi Tomizawa, cuenta la historia de un grupo selecto encargado de matar alienígenas en un futuro donde las invasiones son tan cotidianas que se ven más como un estorbo que como motivo para sucumbir al pánico. 

Yuri Otani, junto con otras tres compañeras, dedica sus días a formar parte de lo que parece un batallón antiplagas. Solo que las plagas pueden matarte si te miran con mucha intensidad. Y tienes que acabar con ellas utilizando un alienígena simbionte que se encaja en el cráneo llamado borg.

Imagen promocional del anime Alien 9

Lo que hace tan especial a Alien 9 es que, al dar por sentada la construcción de su mundo, se centra en el desarrollo de personajes. O más bien su destrucción. Las tres protagonistas pasan por un infierno personal, perdiendo por el camino más que sus vidas: sus identidades. Esta es la historia sobre las auténticas consecuencias de vivir en un mundo tan peligroso como el de Digimon, el resultado de arriesgar tu vida constantemente para luchar contra una vaga amenaza. La pregunta aquí no es quién sobrevivirá: es quién conservará su personalidad. La guerra y el horror destruyen a los hombres, y en Alien 9 ese es el principal mantra, construyendo a las tres protagonistas principales, sus relaciones interpersonales y sus pasados para inmediatamente comenzar a desmontarlas y reemplazar sus mentes con piezas nuevas, muchas veces de un cariz más oscuro.

Porque, si Alien 9 es algo, es una deconstrucción. Junto con Narutaru es el gran exponente a la hora de demostrar el cómo sería tener una de esas mascotas, vivir junto a una criatura de poder inconmensurable y perteneciente a una realidad que apenas se alcanza a comprender. El viaje de Alien 9 no es uno agradable, pero del mismo modo que cualquier destrucción, es fascinante.

Sin embargo, este no es sino el principio de esta épica sin glamour. Alien 9 no es una OVA agradecida, y en sus breves cuatro episodios apenas cubre la mitad del primero de los tres tomos del manga. Sin embargo, es una más que excelente introducción a esta fascinante obra. La imagen en movimiento sienta bien al manga, dándole el dinamismo e impacto del que carecían sus primeras escenas y disfrazándolo todo con una manta de inocencia. Y es que los personajes de Alien 9 exhiben un diseño infantil, reminiscente precisamente de esas obras a las que pretende deconstruir. No hay mayor horror que ver a una niña con aspecto inocente despedazando a un ser vivo.

No hay nada placentero en el infierno.

Alien 9 es una OVA irregular. Si bien la trama logra introducir al manga y la animación raya a un buen nivel, la banda sonora y otros aspectos del diseño hacen parecer a la serie realmente infantil, con temas musicales reminiscentes del kodomo y escenas de un bochornoso ridículo que hacen cuestionarse la coherencia de este anime.

 Con todo, estos acaban siendo pequeños errores, minucias insignificantes que no logran lacrar una de las grandes deconstrucciones del género, una muestra del poco glamour y el poco honor que hay en las realidades que maneja el anime, y uno de los mejores ensayos sobre construcción y destrucción y personajes que se puedan encontrar en el manganime.

 Qué bonito es el horror.

Ficha Técnica



Año: 2001

Autor: Jiro Fujimote, Yasuhiro Irie

Estudio: J.C. Staff

Categoría: seinen

Género: ciencia ficción

Número de episodios: 4

Reseña realizada por Fuyuhoshi para Koukyou Zen