¡Saludos
de nuevo grumetillos! Tiempo ya sin vernos ¿verdad? Bueno, lo
importante es que estamos todos… yo estoy aquí y ahí estáis vosotros, a
los de más allá no los veo bien así que si hacéis el favor de acercaros…
¡Ron para todos! ¡Invita la casa! (o eso creo).
En fin, vayamos a lo
que hemos venido: la crónica del XV Expocómic de Madrid, que para la
presente ocasión, cambió el emplazamiento habitual del Palacio de
Cristal de la Casa de Campo por otro situado en El Matadero… (sí, yo
también puse esa cara la primera vez que oí semejante nombre)
¿El
motivo? El desgraciado suceso del Madrid Arena ocurrido en Noviembre el
cual, obligó a muchas organizaciones a revisar sus medidas de seguridad y
poner todo patas arriba en pos, de una mayor vigilancia y cumplimiento
de las normas, o eso es lo que cuentan. Pero dejando tristes
acontecimientos de lado, cabe destacar que a pesar de contar con sólo
una semana de margen para organizar todo (los majos del Ayuntamiento de
Madrid, que hasta el último momento no dijeron si se cambiaba el lugar o
no), los responsables del Expocómic consiguieron lo aparentemente
imposible y montar todo en un tiempo récord.Quizás las interminables colas, demasiadas a mi parecer por los acontecimientos arriba mencionados, el nuevo emplazamiento que echó para atrás a más de uno y la diversidad de naves en las que ver el total de la muestra, fueron los únicos puntos negativos de esta decimoquinta edición.
Muchos de los que fuisteis seguro que os tocó vivir en carnes la agonía de las colas, esas larguísimas esperas para poder adquirir la entrada que parecían no tener fin. Por suerte y por experiencia, uno está acostumbrado y a no ser que vayas de cosplay veraniego (como la gran mayoría de féminas… tengo temblores solo de recordarlo) el frío de diciembre no se te hace tan agobiante, además puedes socializar y cuando menos te lo esperas entras dentro del recinto y… ¡otra cola! ¡Por todos los rones! ¿Qué demonios? La felicidad por haber entrado se derrumba al ver otra larga cola que daba acceso a la nave principal. Aquí te pedían nuevamente la entrada y unos verdosos señores de seguridad controlaban el acceso de mochilas y su contenido aunque… para esa “inspección de control” taaan exhaustiva no sé yo si es necesaria tanta espera, pero en fin, quien manda manda ¿mi mochila? Sí, hoy sólo llevo dos botellas de ron.
Otro punto a mencionar muy oído en los murmullos de la gente que asistió al evento, fue el tema de que hubiera tanta distribución de las naves asignadas para los diferentes contenidos: una para el grueso del Expocómic, con los stands y un escenario para firmas y alguna que otra actuación. Otra con picoteo, más stands y un espacio diáfano para… para comer y dejar porquería tirada (y luego dicen que los piratas somos sucios). Otra más para allá tenía exposiciones. La del fondo según se tira a la derecha (o izquierda) tenía otro escenario y más exposiciones. Una más estaba para la gente VIP y las entrevistas… Realmente todo estaba en el mismo sitio, en el Matadero, pero la costumbre de tener todo en un solo recinto, hizo que mucha gente se perdiera alguna que otra actividad y la incómoda situación de volver a pasar la misma cola para entrar en la nave principal, ocasionó que según qué horas, hubiera más gente fuera que dentro de las naves.
Pero bueno, no sería divertido sin un poco de… tostón colífero ¿no? El tema es que como humanos monótonos con Kraken en cabeza, nos habituamos a una cosa y los cambios, así a primeras de cambio (valga la redundancia) cuestan aceptarlos, de ahí que se diga que este XV Expocómic tuviera menos afluencia, aunque siendo sinceros, yo no lo he notado y salvo el nuevo emplazamiento y lo anteriormente comentado, todo ha ido fluido y sin complicaciones. Hasta aquí lo negativo… vale sí, siempre te encuentras con un plasta que se te arrima y no te lo puedes despegar y con alguna que otra historia parecida, pero en temas de organización los puntos negativos, desde mi punto de vista, se acabaron arriba, a quien no le guste que calle ahora o calle para siempre… ¿nadie? Perfecto, si ya lo decía yo.
¡Una de ron, que empezamos con los detalles de esos hermósidos cuatro días! Para los madrugadores que el jueves fueron temprano pues la verdad, poco pudieron hacer salvo los típicos y siempre gratificantes talleres de cómic y ver las geniales exposiciones de Larraz (El éxito internacional como paradoja del ostracismo nacional), José María Berenguer (Corta el rollo cara bollo) y Victoria Francés (El lamento del océano). Además de dos exposiciones temáticas, una sobre los 25 años de relaciones diplomáticas entre España e Israel (Vistas con humor por la prensa Israelí y Española) y otra de Las aventuras del Capitán Torrezno: Galería de personajes, una curiosa muestra de Santiago Valenzuela, que ponía a nuestro alcance una serie de imágenes sobre la riqueza narrativa y la inspirada iconografía creada por este genial Premio Nacional de Cómic.
Una vez pateadas las exposiciones, vienen las esperadas sesiones de firmas de la mano de editoriales como La Cúpula (Jorge de Juan y Rubén del Rincón), Dib>Buks (Alberto López Aroca, Víctor Rivas, Francisco Naranjo, Roberto Alhambra, y Alfonso Azpiri entre otros), y Aleta (Ángel Muñoz, Javier Trujillo, Sergio Bleda, Pedro Camello, Jordi Bayarri y Jose Fonollosa). Todos ellos amablemente dedicaban una rúbrica o un dibujo en el escenario principal a todo aquel valiente que aguantara... ¿adivináis? ¡Sí, en efecto, otra cola! Pero esta espera merecía la pena, así que no me seáis eunucos y a aguantarse.
A partir de las seis de la tarde una pequeña actividad de cómic y manga nos distraía de todo lo anterior, haciendo finalizar un día breve y escaso de actividades pero completo en lo que a firmas y exposiciones se refiere, sin duda el mejor día para contemplar las obras con calma y sin el follón de gente que los días venideros traerán (esto último suena a profecía del fin del mundo ¿verdad?).
Ya que estamos recientes con el tema de firmas, el viernes, todos aquellos que no fueron el día anterior pueden repetir, ya que durante los cuatro días que duró el Expocómic, había muchas oportunidades y citas para elegir autor y horario para ello. Además, este día entraron en cartel los amigos de Norma Editorial, con invitados de la talla de Daniel Estorach, Víctor Santos, Luis y Rómulo Royo, Victoria Francés, Miguelanxo Prado y muchos más… que no los nombraremos aquí porque perderemos mucho tiempo ¡y el tiempo es ron! (digooo, oro. Es oro).
Pasando al viernes, nos encontramos a primera hora con Jordi Bayarri en una especie de taller/charla denominado cómic educativo que fue muy interesante de ver. Acto seguido volvemos a encontrarnos con los talleres de cómic en sí, en donde los autores menos conocidos dan lo mejor de sí mismos enseñándonos sus obras y algún que otro truco creativo la mar de ingenioso. Asistimos al grueso de las presentaciones editoriales, en donde en conjunto general de este acto, vimos lo nuevo de Victoria Francés con su espléndido El lamento del océano, una historia de amor y adversidades con una bella sirena como protagonista. Memorias de José Ramón Larraz, donde el propio autor nos contó anécdotas de su devenir artístico. Luis Royo y Rómulo Royo nos trajeron la segunda parte de su obra más ambiciosa: Malefic Time: Codex Apocalypse, así como un spin-off de la mano de Kenny Ruiz sobre uno de los personajes más carismáticos de Malefic Time: Soum, primera incursión de la obra en el mundo del manga. Otro día tranquilo para aprovechar al máximo comprando las obras de los autores preferidos, asistir a los talleres y estar pendiente de las sesiones de firmas que algún rezagado aún no tenga de autores como Ben Templesmith, Iñaki Miranda, Agustín Padilla y Niko. Como cierre a los trasnochadores, desde las 23:30 hasta la 01:00 y en colaboración con The Office, Expocómic dio una pequeña fiesta de forma gratuita para todos aquellos que llevaran su invitación impresa, la cual se podía descargar desde la página oficial del evento y dar así por finalizado otro completo día.
¡Y llegó el sábado, día grande por excelencia! Aquí se repiten muchas de las sesiones de firmas y presentaciones de días anteriores, para que así todo el mundo pueda disfrutar de sus autores preferidos y de las novedades más recientes, como ya dijimos anteriormente. Asistimos igualmente a una entretenida charla sobre el cómic y los videojuegos en donde, como magníficamente reza su título, la unión hace la fuerza. Por desgracia, y hablando de videojuegos, en esta ocasión no vimos ninguna sección dedicada a éstos. Por alguna extraña causa, motivo, razón y/o circunstancia circunstancial que no logré descubrir, este año las novedades en videojuegos y las famosas PS3, XBOX y portátiles, no nos deleitaron con nada en absoluto, cuando como todos recordaréis, siempre hay un pequeño hueco para esta actividad de ocio. Pero en fin, qué se le va a hacer, a falta de juegos buenos son stands que patear y mirar a conciencia en busca de aquel número jugoso tiempo atrás buscado o simplemente de algún detalle friki… y no me digáis que no u os tiro por la borda bellacos.
Una muy interesante charla sobre crowdfunding para aquellos que estén pensando en ganarse un poco la vida con sus obras y dibujos nos amenizó la tarde. Para aquellos que no lo sepan, este modelo de negocio consiste en donar dinero por parte de los lectores o patrocinar un ebook pagando el precio que establece el titular de los derechos, pudiendo así darte a conocer y ofrecer viñetas, originales… sin duda una opción a tener en cuenta. Los libros se publicarían después con licencia Creative Commons.
El resto del sábado, en lo que a actividades se refiere, se completó con un concurso de Trivial sobre el mundo de Marvel, las últimas presentaciones y sesiones de firmas y la gala de presentación de los premios Expocómic 2012, cuyos ganadores fueron los siguientes:
- Mejor Obra Nacional: Curiosity Shop 2 (Teresa Valero / Montse Martín).
- Mejor Guionista Nacional: Teresa Valero (Curiosity Shop 2).
- Mejor Dibujante Nacional: Montse Martin (Curiosity Shop 2 / Talismán).
- Mejor Obra Internacional: Batman: Flashpoint (Brian Azzarello / Eduardo Risso).
- Mejor Autor Revelación: Daniel Sampere (JLA, Batman, JLA Oscura).
- Mejor Fanzine: Dosdé 4 (Espiral).
- Mejor Webcómic o Cómic on-line: RIP.
- Premio Oso a labor de una vida: José Ramón Larraz.
- Premio Especial Madroño: Josep María Berenguer.
Ya para terminar tan ajetreados días, el domingo tenemos un especial dedicado al mundo del manga (del que hablaremos a continuación), aparte de encontrarnos con principalmente clases y talleres, actividades de las diversas asociaciones y las últimas sesiones de firmas para los más rezagados. Los stands ultiman sus productos y siempre se encuentra alguna ganga de última hora o una figurita-hucha del Señor Vader (como la que adquirió un servidor) la mar de lograda por cuatro míseras perras. Los fotógrafos de las distintas webs y blogs gastan sus últimas baterías para captar el cierre del evento y a algún que otro valiente que osa ir de Bane (El Caballero Oscuro) a cuerpo descubierto con la rasca que estaba cayendo… ese seguro que tiene más ron en vena que yo para estar caliente si no, no me lo explico.
Del tema manga que he dejado rezagado, pues lo habitual, un genial concurso de cosplay desde primera hora de la mañana nos enseñó lo elaborados de algunos trajes y lo ensayado de algunas actuaciones. Por contrapartida ves actuaciones mediocres con trajes… mmmm, dejémoslo en moralmente dañinos a la vergüenza ajena y similares. Un gracioso concurso “para expulsados de Hogwarts” nos enseñó a escurrir el bulto ante ataques indecorosos con varita mágica. El mítico concurso de karaoke y los siempre rompe-tímpanos contra los expulsados de Operación Triunfo, aunque todos muy divertidos de ver, todo hay que decirlo y como colofón, la imprescindible entrega de premios a los mejores cosplays y cantantes del día.
Por si eso fuera poco, nos dejan con los dientes largos dándonos un anticipo de lo que será el Expomanga 2013, allá por los hermósidos días del 10 al 12 de Mayo. En resumen, una decimoquinta edición que a pesar de todos sus problemas iniciales, ha sabido estar a la altura. Quizás un poco de caos y mucha gente de staff y seguridad por todos lados pero como siempre, entre esta acertada organización y la gente que asiste, que es lo mejor que hay sin duda alguna, cada día que se visiten estos actos, son días para recordar… eso sí… los Luffy “solo-llevo-un-sombrero-y-digo-que-voy-de-cosplay” siguen dando la vara… eunucos, y luego el raro soy yo, que lo soy, pero a mi manera.
Así que compañeros míos de embarcación friki, sin duda coincidiréis conmigo en que pese a todo, fueron días memorables y divertidos. Algún que otro detalle nimio se echó en falta, pero a grandes rasgos yo le pongo buena nota a este Expocómic, y ya me froto las manos para lo que el año que viene nos depara, que tiene muy buena pinta y esperemos, David Jones no lo quiera, que no surjan más cambios de última hora ni más restricciones a la hora de realizar estos actos ya que, como todo, las cosas hay que hacerlas con medida (el ron no cuenta).
¡Gracias a todos los que fueron y nos encontramos por esos lares! Y como no, gracias por estar ahí piratillas lectores de Koukyou Zen. Nos veremos en otra ocasión, pero hasta entonces recordar una cosa: ¡El día en el que leísteis al Capitán Jack Sparrow!
PD: duda existencial… ¿Por qué al Capitán América todo el mundo le llama Capitán cuando oficialmente no lo es y yo, que sí que lo soy, se olvidan del rango? Eunucos… eunucos everywhere…
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