Por Ysora
Original publicado en KZ#33

“Dance in the vampire bund” es el manga que ha elegido la neonata Yowu Entertainment para comenzar su andadura en el mercado editorial espaƱol. Vampiros, hombres lobo, colegialas y la figura misteriosa de la princesa Mina en el centro de una historia llena de matices ecchi que recuerdan el pasado de las obras del autor, Nozomu Tamaki. 

Ficha TĆ©cnica


 TĆ­tulo: ćƒ€ćƒ³ć‚¹ć‚¤ćƒ³ć‚¶ćƒ“ć‚”ćƒ³ćƒ‘ć‚¤ć‚¢ćƒćƒ³ćƒ‰
Autor: Nozomu Tamaki
GĆ©nero: sobrenatural, romance
CategorĆ­a: seinen
Editorial: Media Factory/ Yowu Entertainment
Tomos: 14

La princesa Mina tiene un sueƱo: crear un lugar en el que los vampiros puedan vivir en armonĆ­a con el resto de la humanidad, escapando de las sombras en las que se habĆ­an visto refugiados. Para ello comprarĆ” al gobierno japonĆ©s un “bund” o barrio, separado del paĆ­s por un puente, pagando por ella la totalidad de la deuda nacional (¿algĆŗn vampiro que quiera vivir en EspaƱa y tengo dinero para pagar la deuda?), sin dejar mĆ”s opciones que tragar o tragar con los vampiros. Sin embargo el objetivo de la princesa no es convertir a la raza humana en ganado para su pueblo, sino que ambos puedan vivir en paz, un sueƱo demasiado noble al cual se interpondrĆ”n sus numerosos enemigos, de los cuales tiene que defenderse a vida o muerte.


Para la labor de su protecciĆ³n tenemos a Akira, el protagonista masculino de la serie, un hombre lobo del clan Gaia que jurĆ³ cuando era pequeƱo proteger a la princesa Mina, lo cual le acarrearĆ” diversos problemas con sus propios compaƱeros de instituto humanos. SĆ­, he dicho instituto, y es que una de las labores que realizarĆ” Mina serĆ” ir a clase con los demĆ”s humanos y algunos vampiros, intentando que la convivencia lleve a la normalidad entre las dos especies.
Y no podĆ­amos dejar de hacer menciĆ³n al pilar fundamental que mueve la trama, y es la relaciĆ³n entre la princesa Mina y Akira, que llevarĆ” a una tensiĆ³n sexual cuando se descubra la verdadera forma de la misteriosa Mina…
El estilo de dibujo de sensei Tamaki es amable y agradecido, con lĆ­neas simples y con paisajes limpios y sencillos, sin virtuosismos pictĆ³ricos, pero que quedan bastante efectistas. Sin embargo, sobre todo al principio de la obra se nota una falta de seguridad en los dibujos que hacen que parezcan mĆ”s de un aficionado que de un profesional, aunque por suerte cambian las tornas a medida que la obra va avanzando.
Son 14 los volĆŗmenes publicados hasta el momento en JapĆ³n y por lo visto acabarĆ­a aquĆ­ un primer ciclo, aunque ya nos ha confirmado su propio autor que ha dejado muchas lĆ­neas argumentales abiertas para poder continuar la historia. Como ya hemos dicho en la introducciĆ³n, el encargado de traerlo a EspaƱa no es otro que la nueva editorial Yowu Entertainment que se presentĆ³ oficialmente en el pasado SalĆ³n del Manga de Barcelona trayendo no sĆ³lo el manga, sino tambiĆ©n el anime, como el recientemente anunciado “La magia de Zero”, que serĆ” editado prĆ³ximamente (de momento se desconocen las fechas).

Muchos de los que hayĆ”is seguido la trayectoria de la revista habrĆ©is visto que en su momento ya hicimos la reseƱa del anime en la revista nĆŗmero 6 por parte de Zent y de Cjdeacon. Ya en aquella Ć©poca estĆ”bamos un tanto sensibilizados con el tema del lolicon y del moĆ© y en fin, el manga en ello no iba a ser diferente. Sensei Tamaki es conocido sobre todo por sus obras erĆ³ticas y aquello debĆ­a notarse en “Dance in the vampire bund”, en donde se unen su savoir faire con los dibujos subidos de tono y su pasiĆ³n por todo lo que tiene que ver con el terror clĆ”sico, en este caso, con los vampiros. AsĆ­ pues, las tramas tardan en perfilarse, pueden parecer pueriles y un poco manidas, no hay ningĆŗn tipo de tensiĆ³n argumental que haga atisbar un sĆ­mil con obras como Monster. Y desde luego, la obra estĆ” plagada de lolicon protagonizado por Mina, aunque responda a un tema argumental y luego se intente normalizar poniendo a Miss Pechotes por aquello de no acabar de escandalizar. Sin embargo, es entretenida, un poco coja, pero bastante adictiva.