En ocasiones el amor puede encontrarse en el lugar que menos se espera… aunque sea dando un salto de 3000 años en el pasado. Ōke no Monshō es un shôjo que precisamente va de eso, como casi todos, de un romance que traspasa las fronteras del tiempo y nos transporta al antiguo Egipto de los faraones.

Ficha Técnica

Nombre original: 王家の紋章 
Autora: Hosokawa Chieko
Editorial: Akita Shoten
Año: 1976-actualidad
Tomos: 68 (en publicación)

Ōke no Monshō , o lo que viene a ser lo mismo, “La corona de la familia real” o incluso “La hija del Nilo” (que nada tiene que ver con la novela homónima de Javier Negrete, no sucede siquiera en el mismo espacio histórico) como se le suele conocer en tierras occidentales, es un manga shôjo de Chieko Hosokawa que comenzó a serializarse en 1976 en la revista mensual Princess de Akita Shoten y en la actualidad continúa en producción. Estamos entonces ante un manga que tiene nada más ni nada menos que 36 años, con lo cual vamos a notar detalles del clásico shôjo que ya no se suelen ver en los mangas actuales.

Pero primero de todo, vayamos al argumento, que es lo que interesa. Como bien se ha dicho en la introducción, Ōke no Monshō se sitúa en Egipto, tanto en el actual como en el clásico. Sensei Hosokawa hace que la acción actual suceda en El Cairo, en el cual el padre de la protagonista, Carol Rido, descubre la tumba intacta de un faraón egipcio. Es en ese momento cuando se inicia la maldición y por la cual aparece la hermana del faraón muerto, Isis (o Aishisu), para tomar venganza y recuperar el cuerpo de su adorado hermano, el faraón Menfis (Menfisu). Así pues, la malvada Isis se toma su venganza asesinando a diversos miembros de la excavación y llevándose a Carol al antiguo Egipto, arrancándola de su familia y de su medio novio Jimmy.

Carol se verá de repente en un país extraño, en un tiempo que no le corresponde y con una cultura que le choca y le fascina del mismo modo. Allí será ayudada en primera instancia por unos esclavos, pero pronto el faraón Menfis se prendará de ella y pretenderá quedársela. Así conocerá al caprichoso y egoísta faraón de Egipto que, poco a poco y gracias a la propia Carol, irá cambiando ese carácter autoritario por otro un poco más dulce y amable que hará que la protagonista se enamore completamente de él (eso y que el chico debe de ser guapo). El amor que sentirán el uno por el otro provocará que Isis entre en cólera, ya que ella siempre había estado enamorada de su hermano y era su futura esposa, por lo cual intentará por todos los medios acabar con la vida de su rival.

Si al hecho de que su futura cuñada le tenga un odio púnico le unimos el hecho de que Carol, al ser norteamericana y de raza caucásica, es rubia y con los ojos claros, rasgos que llamaban mucho la atención en este manga a los personajes masculinos ya que se le considera como algo exótico y hermoso. Menfis, el faraón; Ishmin o Izmiru, el príncipe de los hititas; o Algol (Arugoru), emperador de Asiria, sienten fascinación en mayor o menos medida por Carol, su cabello rubio, su dignidad, su honorabilidad y su inteligencia.

El argumento del manga sigue una estructura sencilla y que se repite prácticamente hasta la saciedad: Carol aparece en el antiguo Egipto, está una temporada con Menfis, vuelve a la actualidad, vuelve al antiguo Egipto con Menfis, la raptan los otros pueblos, que desean tenerla como un objeto de deseo o de lujo, vuelve con Menfis, se va al futuro… y así hasta la eternidad de sus más de 68 volúmenes. Por lo tanto no esperéis unos giros argumentales de una profundidad digna de Urusawa, sino de algo bastante lineal y romanticón, en donde impera la relación entre los dos protagonistas.
El manga tiene un dibujo bonito y agradable al más puro estilo setentero, es decir, que recuerda enormemente a los mangas de aquella época, como Candy Candy o La Ventana de Orfeo, por lo cual no esperéis los artificios ni la técnica actual. Sólo alegran la vista, son efectistas y contienen los más puros rasgos de los shôjos de toda la vida en todos sus aspectos, tanto visuales como argumentales.

Esta obra peca de numerosas incongruencias históricas, por mucho que nos quieran hacer pasar por bien documentado. Primero de todo y muy importante, no existió ningún faraón llamado Menfis. Menfis realmente era el nombre de la capital del Bajo Egipto y fue capital tanto del Alto como el Bajo Egipto hasta que Tebas, después del Segundo Período Intermedio, la sustituyera en su capitalidad. Por los datos que da la autora, sitúo el manga alrededor del Imperio Nuevo, si tenemos que tener en cuenta la importancia del clero de Amón-Re y que el palacio real está en Tebas. Cuando nombra a Isis como hermana del faraón y reina del Bajo Egipto está incurriendo a un error, ya que la corona no se separaba, el faraón lo era de ambas partes de Egipto. Y lo más importante, los esclavos no existieron en Egipto hasta época persa, aunque es un artículo todavía en discusión. Lo que sí se puede afirmar es que no existieron esclavos en la supuesta época en la que transcurre la obra. Podría escribir sólo un artículo sobre los errores históricos del manga, pero lo resumiré con una frase: bonito para ver, no para estudiar historia.

Ōke no Monshō es un manga entretenido a la vieja usanza que no se ha publicado fuera de Japón, que no tiene anime y que no tiene visos de que así cambie, así que si deseáis disfrutarlo deberías comprarlo en japonés o aprovechar el trabajo de algunos scantrads ingleses que han hecho la ingente labor de traducirlo de su lengua original. Seguiremos esperando para que esta obra pueda ser publicada en papel aunque sea en inglés.