Original publicado en KZ#31
¡Léela en Calameo!
.Año: 2008
.Estudio: Studio Rikka
.Autor: Yasuhiro Yoshiura
.Género: ciencia ficción
.Categoría: shônen
.Episodios: 6
La
ciencia ficción es uno de los terrenos más fértiles para cuestionar la
posición del ser humano en el gran orden universal y contemplar su
futuro tanto a nivel social como filosófico. ‘Eve no Jikan’ cuenta la
historia de Rikuo, un joven estudiante que vive en un Japón futuro donde
los androides han alcanzado un nivel de perfección tal que son
prácticamente indistinguibles de los humanos hasta el punto de que sólo
puede saberse quién es quién por la carencia de emociones de los
androides y por la aureola que los identifica. La sociedad se encuentra
dividida entre los defensores de la identidad de los robots y el
Gobierno, que opina que los robots son sólo máquinas y ha extendido una
ideología que representa a la oposición como una retahíla de depravados
sexuales e idiotas. Rikuo, que vive según los estándares sociales,
descubre por accidente la otra cara de la moneda al llegar al Eve no
Jikan, una cafetería alejada de las conexiones online donde sólo existe
una regla: no puede haber distinciones entre humanos y androides. Allí
Rikuo descubre junto con su amigo Masaki las historias que ocultan los
androides y su auténtica relación con los humanos, profundizando cada
vez más con la relación que mantiene con Sammy, su androide personal.
Utilizar
la ciencia ficción para tratar las barreras que separan a hombres y
robots no es la premisa más original que haya hoy día, pero ‘Eve no
jikan’ logra aportar su propia visión al ofrecer el trasfondo de una
sociedad que ha cosificado totalmente a los androides y al contar sus
historias con la sugerida sutileza con que ‘Cowboy Bebop’ trataba a sus
personajes. Cada episodio de esta más que corta ONA trata uno de los
distintos aspectos de esta nueva relación entre hombre y robot,
llevándonos al terreno de lo emocional, las relaciones familiares, la
amistad o, tema muy poco tratado para tener tanto potencial, la
obsolescencia y el valle inquietante. ‘Eve no jikan’ es una serie
desafortunada al desconocer su propio potencial pero inteligente al
ocultarnos muchos secretos. Conceptos como las zonas grises o los
dori-keis, personas obsesas con los androides, sirven más para construir
el trasfondo de un mundo sólido que permita que sus personajes se
desenvuelvan con soltura mientras que las historias que se nos cuentan
acaban al final conformando más el tapiz de ese mundo futuro que una red
emocional que nos atrape y consuma.
Así, ‘Eve no jikan’ está más cerca
de ser casi un ensayo que una narrativa, imitando los primeros episodios
de ‘Ghost in the Shell’ y siguiendo la filosofía de obras como ‘LA
Noire’, en las que el interés está más centrado en construir un retrato
del mundo que de los personajes. Con todo, ‘Eve no jikan’ recuerda
atraer al público con la sutil relación entre Rikuo y Sammy, que
evoluciona lentamente sin que nunca se den más elementos de los
necesarios para implicarnos e interesarnos, o con las historias de cada
uno de los habituales del bar que, como en el videojuego ‘Catherine’, se
refugian de sus vidas para encontrar paz en la intimidad de aquel lugar
liberador. Sin embargo, ‘Eve no jikan’ tiene una gran lacra en la forma
de su director, Yasuhiro Yoshiura, que no parece saber diferenciar una
situación dramática de una cómica. Yoshiura muestra destellos de
inteligencia al hacer planos en primera persona desde la perspectiva
humana con un lag más típico de un ordenador o al centrarse más en
sugerir que en contar, pero se pierde en el terreno de las emociones
como si él mismo fuese un robot. La obra respira un espíritu de
optimismo y aventura desde su dirección y banda sonora que no comparten
su diseño visual y guión, y mientras que estamos conociendo la historia
dramática de un robot obsoleto que sólo desea volver a ver a su dueño,
la dirección nos dice que esta es una cómica situación de silencios
violentos. Cada episodio cierra con una alegre tonadilla
independientemente de lo que haya ocurrido, del mismo modo que pase lo
que pase veremos el tablón de bienvenida del Eve no jikan mientras suena
una optimista composición similar a la de ‘Freedom’, de Katsuhiro
Otomo.
‘Eve no jikan’, en conclusión, no es perfecta. Su
incapacidad para manejar los sentimientos se compensa con un guión
sólido que sabe dejar siempre con ganas de más, y su excelente diseño
visual traza la línea entre la distopía cyberpunk y el progreso
tecnológico más favorecedor. ‘Eve no jikan’ es una serie breve que está
más centrada en plantear preguntas y fascinar que en ofrecer una trama
real, y en su particular filosofía tan distante del habitual dramatismo
exacerbado de los japoneses reside su magia. Tomar un café en su
tranquilo bar es un placer breve y quizá por momentos insípido, pero así
es la vida.
0 Comentarios
Se respetuoso o se borrará tu comentario. Gracias.