De manos de los autores de “Death Note” nos llega este nuevo manga que da un giro de 180º al argumento de su anterior obra. Aprovechando el reciente lanzamiento de este trabajo por parte de la editorial española Norma, aprovechamos para haceros llegar este artículo sobre uno de los mangas de moda. Sólo el tiempo dirá si llega o no al mismo nivel que “Death Note”.
Ficha técnica
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Título original: Bakuman (バクマン。)
Dibujante: Takeshi Obata
Guionista: Tsugumi Ōba
Año de publicación: 2008-2012
Edición española: Norma editorial 2010
Género: romance, comedia, costumbrista
Categoría: Shônen
¡Quiero ser un mangaka!
La historia del manga comienza cuando Mashiro Moritaka se da cuenta de que se ha dejado su libreta de esbozos en el instituto, y cuando llega para recogerla, se da cuenta de que su compañero de clase, Takagi Akito, le está esperando libreta en mano. Allí le dirá que ha visto sus dibujos sobre Miho Azuki y le dice que son muy buenos, además de que cree que esa chica está también enamorada de él. Así le propondrá ser mangaka junto a él, que sería el escritor y ayudaría en tareas menores, como el entintado. Pero Mashiro no parece estar mucho por la labor, ya que sobre él tiene la presión de ser un buen hijo y sobre todo tiene la sombra del que cree suicidio de su tío, también mangaka, que nunca llegó a ser uno de verdad y que sería un gambler según sus propias palabras.
Sin embargo, el entusiasmo de Takagi y la promesa de matrimonio con Miho si consigue convertirse en un mangaka, además de conocer la verdad sobre la muerte de su tío, convencerán finalmente a Mashiro a convertirse en un aspirante a mangaka junto a Takagi. De todas formas, el camino hacia la publicación no es fácil, y pronto se encontrarán con sus primeras dificultades, como su falta de experiencia y la lucha contra un rival muy bueno, Nizuma Eiji.
Nos encontramos entonces frente a una historia al más puro estilo shônen, alejada completamente de la anterior temática de este dúo de mangakas que nos deleitaron con su “Death Note” al cual, como curiosidad, también mencionan en las primeras páginas de su nuevo manga. Es “Bakuman” una historia ligera aunque con golpes de efecto logrados que recordarán lejanamente a los de las investigaciones del anterior manga de los dos autores, pues ciertamente no pasó mucho tiempo entre su publicación y el término de “Death Note”.
Así pues, “Bakuman” comenzó a publicarse el 8 de agosto del 2008, en la revista weekly Shōnen Jump, dos años después de terminar “Death Note”, siendo editados los dos mangas por la editorial Shueisha. Después del éxito de la anterior obra, era de esperar que los dos autores se enfrentaran a mucha presión por parte de sus fans y por eso quizás decidieron olvidarse de la temática policíaca y decantarse por un shônen de instituto que personalmente me recuerda a los mangas del mismo estilo de Katsura, por ejemplo, I’’S.
El creador de la historia es Tsugumi Ohba y al igual que otros creadores, este nombre no es más que un pseudónimo de su verdadera persona y, aunque se crea que se trate Hiroshi Gamō, es un hecho que todavía no se ha confirmado. De todas formas, ya se sabe que la cabra tira para el monte y a pesar de tratarse de una historia aparentemente inocente sobre dos chicos que quieren convertirse en mangakas, tienen unos toques un poco oscurillos que nos permiten ver que al autor no le gustan mucho las historias con final feliz, aunque espero equivocarme en este caso y que el pobre grupo de dos acabe publicando muchos mangas y casándose Mashiro con la dulce Miho y teniendo una boda en plan “Love Hina” al final de la historia, para que no te deje con ese amargor que tanto parece gustarle poner a los japoneses en estas neohistorias manga.
Como dato curioso añadir que la historia que escribe el tío de Mashiro es idéntica a una historia escrita con anterioridad por Tsugumi Ohba, Tottemo! Luckyman.
Los pinceles de Obata
Como ya hemos dicho, en esta obra repite equipo Tsugumi Ohba y Takeshi Obata. Obata, el mangaka encargado de las tintas de esta obra, tiene un estilo totalmente propio que se puede observar en sus obras, comenzando desde” Hikari no Go” hasta la ya más que citada “Death Note”, aunque se note una evolución en sus trazos y una madurez en su dibujo, además de volverse progresivamente más oscuro y detallista.
Comparado con otros tipos de shônen, el estilo de dibujo es mucho más realista que en otros casos, como por ejemplo, One Piece, y como ya comentaba anteriormente, su estilo me recuerda al que usaba Katsura en sus mangas escolares. Además, el diseño de personajes está bastante bien conseguido, aunque he de decir que en algunos casos se pasan de infantiles para las personas adultas, lo cual hace que resulte casi imposible distinguir por edades entre padres e hijos, simplemente sabiéndolo por contexto y por unos pocos detalles como una barba descuidada que es inexistente en un adolescente (obvio). Encuentro que el estilo de dibujo, bueno, por supuesto, no acaba de encajar con esta historia, al menos hasta el tomo que leí, por la oscuridad que destila y que tan bien le iba a la obra anterior. Quizás un retorno a su estilo de “Hikaru no go”, mucho más claro y limpio, le iría mejor a la historia, mucho más ligera que otra.
Tanto la distribución de las viñetas, como el entintado y el uso de las tramas son más que adecuados, ya que nos encontramos con un verdadero profesional de su uso para crear tensión o para acompañar los cambios de guión en la historia.
De todas formas, el tándem formado por Ohba y Obata nos viene dando enormes alegrías y la unión de los dibujos de Obata junto al guión de Ohba suele dar grandes frutos debido al entendimiento de ambos, estupendos en sus respectivas parcelas, siendo estos uno de los estudios de mangakas que mejor están saliendo para adelante en estos días en los cuales proliferan por doquier.
Amor, amistad y ¡mangas!
Es realmente difícil hacer que una historia que aparentemente no puede tener mucha miga, como una pareja de estudiantes que quieren crear un manga, se haga una historia que pueda atraer, algo que aquí se consigue primero utilizando el componente amoroso, el misterio de la muerte del tío del protagonista y luego las rivalidades y dificultades para publicar y mantener el interés en un manga. Sin duda alguna éste es un mérito que hay que sumarle a estos autores, que ya lo demostraron en su primera colaboración conjunta.
Y el éxito parece que ha llegado también a esta obra, que tiene 20 tomos publicados +1 por la editorial Shueisha y un anime creado por el estudio J.C.Staff con muy buena acogida inicial por parte de la comunidad otaku tanto mundial como por los propios japoneses, en cuyo país se estrenó el 2 de octubre del 2010. Los 25 episodios de la probablemente primera temporada (si es que el manga se alarga más de ello y la adaptación tiene la suficiente audiencia) están siendo acogidos de forma bastante positiva y con números de audiencia buenos, aunque aún es demasiado pronto como para realizar un veredicto sobre si la adaptación al anime tiene éxito o no.
De todas formas “Bakuman” es un buen manga que da un paso más allá del manga escolar, dando un pie a la reflexión sobre la sociedad japonesa, las presiones de lo que se espera de la gente de allí, de los sueños incumplidos, de las promesas y sobre todo, de la pasión por lo que uno hace.
Lo mejor: La originalidad de la trama al darle una vuelta a lo acostumbrado para convertirlo en algo interesante.
Lo peor: el dibujo no acaba de enganchar mucho con la trama, demasiado oscuro.
Ficha técnica
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Título original: Bakuman (バクマン。)
Dibujante: Takeshi Obata
Guionista: Tsugumi Ōba
Año de publicación: 2008-2012
Edición española: Norma editorial 2010
Género: romance, comedia, costumbrista
Categoría: Shônen
¡Quiero ser un mangaka!
La historia del manga comienza cuando Mashiro Moritaka se da cuenta de que se ha dejado su libreta de esbozos en el instituto, y cuando llega para recogerla, se da cuenta de que su compañero de clase, Takagi Akito, le está esperando libreta en mano. Allí le dirá que ha visto sus dibujos sobre Miho Azuki y le dice que son muy buenos, además de que cree que esa chica está también enamorada de él. Así le propondrá ser mangaka junto a él, que sería el escritor y ayudaría en tareas menores, como el entintado. Pero Mashiro no parece estar mucho por la labor, ya que sobre él tiene la presión de ser un buen hijo y sobre todo tiene la sombra del que cree suicidio de su tío, también mangaka, que nunca llegó a ser uno de verdad y que sería un gambler según sus propias palabras.
Sin embargo, el entusiasmo de Takagi y la promesa de matrimonio con Miho si consigue convertirse en un mangaka, además de conocer la verdad sobre la muerte de su tío, convencerán finalmente a Mashiro a convertirse en un aspirante a mangaka junto a Takagi. De todas formas, el camino hacia la publicación no es fácil, y pronto se encontrarán con sus primeras dificultades, como su falta de experiencia y la lucha contra un rival muy bueno, Nizuma Eiji.
Nos encontramos entonces frente a una historia al más puro estilo shônen, alejada completamente de la anterior temática de este dúo de mangakas que nos deleitaron con su “Death Note” al cual, como curiosidad, también mencionan en las primeras páginas de su nuevo manga. Es “Bakuman” una historia ligera aunque con golpes de efecto logrados que recordarán lejanamente a los de las investigaciones del anterior manga de los dos autores, pues ciertamente no pasó mucho tiempo entre su publicación y el término de “Death Note”.
Así pues, “Bakuman” comenzó a publicarse el 8 de agosto del 2008, en la revista weekly Shōnen Jump, dos años después de terminar “Death Note”, siendo editados los dos mangas por la editorial Shueisha. Después del éxito de la anterior obra, era de esperar que los dos autores se enfrentaran a mucha presión por parte de sus fans y por eso quizás decidieron olvidarse de la temática policíaca y decantarse por un shônen de instituto que personalmente me recuerda a los mangas del mismo estilo de Katsura, por ejemplo, I’’S.
El creador de la historia es Tsugumi Ohba y al igual que otros creadores, este nombre no es más que un pseudónimo de su verdadera persona y, aunque se crea que se trate Hiroshi Gamō, es un hecho que todavía no se ha confirmado. De todas formas, ya se sabe que la cabra tira para el monte y a pesar de tratarse de una historia aparentemente inocente sobre dos chicos que quieren convertirse en mangakas, tienen unos toques un poco oscurillos que nos permiten ver que al autor no le gustan mucho las historias con final feliz, aunque espero equivocarme en este caso y que el pobre grupo de dos acabe publicando muchos mangas y casándose Mashiro con la dulce Miho y teniendo una boda en plan “Love Hina” al final de la historia, para que no te deje con ese amargor que tanto parece gustarle poner a los japoneses en estas neohistorias manga.
Como dato curioso añadir que la historia que escribe el tío de Mashiro es idéntica a una historia escrita con anterioridad por Tsugumi Ohba, Tottemo! Luckyman.
Los pinceles de Obata
Como ya hemos dicho, en esta obra repite equipo Tsugumi Ohba y Takeshi Obata. Obata, el mangaka encargado de las tintas de esta obra, tiene un estilo totalmente propio que se puede observar en sus obras, comenzando desde” Hikari no Go” hasta la ya más que citada “Death Note”, aunque se note una evolución en sus trazos y una madurez en su dibujo, además de volverse progresivamente más oscuro y detallista.
Comparado con otros tipos de shônen, el estilo de dibujo es mucho más realista que en otros casos, como por ejemplo, One Piece, y como ya comentaba anteriormente, su estilo me recuerda al que usaba Katsura en sus mangas escolares. Además, el diseño de personajes está bastante bien conseguido, aunque he de decir que en algunos casos se pasan de infantiles para las personas adultas, lo cual hace que resulte casi imposible distinguir por edades entre padres e hijos, simplemente sabiéndolo por contexto y por unos pocos detalles como una barba descuidada que es inexistente en un adolescente (obvio). Encuentro que el estilo de dibujo, bueno, por supuesto, no acaba de encajar con esta historia, al menos hasta el tomo que leí, por la oscuridad que destila y que tan bien le iba a la obra anterior. Quizás un retorno a su estilo de “Hikaru no go”, mucho más claro y limpio, le iría mejor a la historia, mucho más ligera que otra.
Tanto la distribución de las viñetas, como el entintado y el uso de las tramas son más que adecuados, ya que nos encontramos con un verdadero profesional de su uso para crear tensión o para acompañar los cambios de guión en la historia.
De todas formas, el tándem formado por Ohba y Obata nos viene dando enormes alegrías y la unión de los dibujos de Obata junto al guión de Ohba suele dar grandes frutos debido al entendimiento de ambos, estupendos en sus respectivas parcelas, siendo estos uno de los estudios de mangakas que mejor están saliendo para adelante en estos días en los cuales proliferan por doquier.
Amor, amistad y ¡mangas!
Es realmente difícil hacer que una historia que aparentemente no puede tener mucha miga, como una pareja de estudiantes que quieren crear un manga, se haga una historia que pueda atraer, algo que aquí se consigue primero utilizando el componente amoroso, el misterio de la muerte del tío del protagonista y luego las rivalidades y dificultades para publicar y mantener el interés en un manga. Sin duda alguna éste es un mérito que hay que sumarle a estos autores, que ya lo demostraron en su primera colaboración conjunta.
Y el éxito parece que ha llegado también a esta obra, que tiene 20 tomos publicados +1 por la editorial Shueisha y un anime creado por el estudio J.C.Staff con muy buena acogida inicial por parte de la comunidad otaku tanto mundial como por los propios japoneses, en cuyo país se estrenó el 2 de octubre del 2010. Los 25 episodios de la probablemente primera temporada (si es que el manga se alarga más de ello y la adaptación tiene la suficiente audiencia) están siendo acogidos de forma bastante positiva y con números de audiencia buenos, aunque aún es demasiado pronto como para realizar un veredicto sobre si la adaptación al anime tiene éxito o no.
De todas formas “Bakuman” es un buen manga que da un paso más allá del manga escolar, dando un pie a la reflexión sobre la sociedad japonesa, las presiones de lo que se espera de la gente de allí, de los sueños incumplidos, de las promesas y sobre todo, de la pasión por lo que uno hace.
Lo mejor: La originalidad de la trama al darle una vuelta a lo acostumbrado para convertirlo en algo interesante.
Lo peor: el dibujo no acaba de enganchar mucho con la trama, demasiado oscuro.
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