Paranoia Agent, editado por Selecta VisiĆ³n para el mercado de habla
espaƱola, es una serie de televisiĆ³n de 13 capĆtulos creada por los
estudio Madhouse , producida por Satoshi Kon, en la cual confluyen una
serie de historias ideadas por el maestro que en un principio no parecen
tener ningĆŗn tipo de nexo en comĆŗn, pero que comparten todas el mismo
tipo de hilo conductor.
Aparentemente a este anime se le supone una “paranoia” continua y desconcertante, pero realmente es el leitmotiv
para presentar los males de la sociedad japonesa, criticƔndolos, pero
con un ejercicio sutil y bien plasmado que si bien no nos paramos a la
reflexiĆ³n al ver esta obra, no reconoceremos.
Pero vayamos primero
de todo a lo simple, lo sencillo, es decir, lo que parece ser el
argumento. Un atacante en serie, llamado “el chico del bate” parece
estar sembrando el pĆ”nico en Tokyo y sus vĆctimas no parecen tener
ningĆŗn tipo de relaciĆ³n las unas con las otras. AsĆ pues dos
investigadores de la policĆa, Keichi Ikari, el jefe y Maniwa, su
ayudante son los encargados de investigar el caso. Todo parece comenzar
con el ataque a Tsukiko Sagi, una joven diseƱadora de Ʃxito, creadora
del perro rosado Maromi. Es importante que tengamos en mente siempre a
estos cuatro personajes porque podrĆamos decir que son los centrales de
la historia. Los demƔs personajes irƔn desfilando por la historia
aportando profundidad y de alguna forma u otra estƔn ligados a Tsukiko y
a Maromi.
A simple vista “Paranoia Agent” parece una serie
policiaca, pero no lo es ni de lejos. A Satoshi Kon, que lo conocemos
por otras obras que tratamos en este nĆŗmero especial, sabemos que le
gusta tocar temas variados en sus diversas pelĆculas, normalmente
crĆticas a la sociedad en la que vivĆa y que a nosotros nos resulta tan
extraƱa. AquĆ nos presenta la culpa y la evasiĆ³n de la misma mediante el
victimismo y para ello recurre a la amnesia disociativa o lo que viene a
ser lo mismo, la fuga psicogĆ©nica. Este trastorno psicolĆ³gico se
caracteriza por una fuerte pƩrdida de memoria provocada por un episodio
de fuerte estrƩs mental y puede acarrear una pƩrdida global o parcial de
la memoria.
Tenemos que tener en cuenta que el chico del bate
no es mƔs que una figura creada por esas mentes que se encuentran bajo
presiĆ³n, una forma de evasiĆ³n de la realidad con una pĆ©rdida de memoria
prƔcticamente autoprovocada, aunque sea de forma inconsciente. La
creadora original de esa especie de ficciĆ³n fue la propia Tsukiko y por
ello la historia gira alrededor de ella y sĆ³lo ella puede ser la que
consiga parar la espiral de destrucciĆ³n en la que el chico del bate se
convierte fĆsicamente y llega a atacar a la ciudad. Personalmente creo
que esta manifestaciĆ³n fĆsica de destrucciĆ³n y oscuridad no es mĆ”s que
la crĆtica de que la evasiĆ³n de la culpa y el victimismo son un cĆ”ncer
para toda la sociedad, que los arrastra y los destruye, engullƩndoles.
Y es en esa destrucciĆ³n ocasionada por ese chico del bate cuando
podemos ver las pautas del llamado “eterno retorno”. Cuando todo parece
haber sido arrasado y habrĆa que volver al inicio de esa sociedad, vemos
que Tokyo es reconstruida bajo los mismos patrones. Esto lo vemos en
que la serie empieza con las mismas escenas que con las que termina. AsĆ
pues, da igual que el mundo se extinguiera, que volverĆa a autocrearse.
Este postulado ya era tratado por los estoicos en la AntigĆ¼edad, pero
es recuperado por Nietzche en “AsĆ hablĆ³ Zaratustra”. Tomando la teorĆa
del superhombre de Nietzche, podemos decir que el hombre se convertirĆ”
en ese Ćbermensch cuando deje de sentir miedo, es decir, y ligĆ”ndolo con
la serie, sĆ³lo se rompe la maldiciĆ³n del chico del bate cuando Tsukiko
admite su culpa a pesar del miedo que tenĆa de que su padre le riƱera.
AsĆ pues, en el mismo final, dos puntos de vista completamente
contrarios: la idea de la reiteraciĆ³n en una sociedad, atrapada en la
rueda del tiempo, obligada a tener que repetir los mismos patrones y la
posibilidad mediante el camino individual de llegar a esa utopĆa que es
el superhombre.
TeorĆas filosĆ³ficas y psicolĆ³gicas a parte, la
serie, tanto por su animaciĆ³n como por su banda sonora, es una nueva
joya creada por Madhouse, el estudio referencia de Kon para sus obras.
Si bien no alcanza la calidad que obtiene en sus pelĆculas, es una serie
bien dibujada y ambientada, original a nivel de animaciĆ³n y amable y
agradable de ver, con un opening y un ending totalmente cargados de
simbolismo, al igual que la serie en general. Casi un imprescindible en
vuestra filmoteca de anime.
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